El tiempo se agota cuando se cumplen ya cinco días desde la desaparición de doce niños miembros de un equipo de fútbol juvenil y su entrenador atrapados en una cueva inundada en el norte de Tailandia. Ayuda internacionales llega al lugar mientras el equipo de rescate decide realizar una perforación a la caverna.
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A las tareas de rescate lideradas por voluntarios y personal tailandés, entorpecidas por las fuertes lluvias que azotan la provincia de Chiang Rai, se suman militares estadounidenses y buzos británicos que ya se encuentran en el bosque de Tham Luang Khunnam Nang Non colaborando con las labores.
Las aguas fangosas ascienden al tope de una de las cámaras a un ritmo de 15 centímetros por hora, impidiéndoles el paso a los buzos que tratan de llegar al lugar donde están los doce jóvenes de entre 11 y 16 años.
«Hemos estado tratando de sacar agua, pero el nivel del agua sigue creciendo. Ello significa que el agua que está entrando por las lluvias es más de la que podemos sacar», dijo Narongsak Osatanakorn, gobernador de la provincia Chiang Rai.
Ante el difícil escenario, los equipos de rescate decidieron realizar una perforación en la caverna para rescatarlos. «Podemos perforar la cueva, pero no lo haremos en profundidad. Sólo un poco para que los equipos de rescate puedan acceder con mayor facilidad», señala el ministro del Interior, Anupong Paochinda, en conferencia de prensa según recoge 20 minutos.
Excursión
Los menores y el entrenador habrían empacado comida y linternas antes de irse de excursión el sábado, después de una práctica de fútbol, según revelan mensajes de los jóvenes recogidos por medios internacionales.
Un cartel a la entrada avisa a los visitantes no entrar a la caverna en temporada de lluvia, además de advertir que sólo se puede avanzar hasta 700, sin embargo, el grupo se había internado más de lo permitido.
La búsqueda comenzó después de que una madre reportó que su hijo no había regresado de su práctica de fútbol. Hasta el momento no ha habido contacto alguno con el grupo desde el sábado.
