- Presidente de la Asociación de Emprendedores de Latinoamérica (Asela)
Según datos del Banco Mundial, Chile se posicionó como el sexto país a nivel mundial donde el 40% de su población más pobre ha mejorado económicamente a un nivel más rápido, en comparación al promedio global, desde 2009. De esa forma nuestro país se posiciona en los top ten de los que han mejorado la desigualdad en la última década.
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Este segundo Día Internacional de las Pymes, celebrado el miércoles, nos recuerda que la educación y el emprendimiento son las principales vías de movilidad social, permitiéndole a las personas pasar de los quintiles más pobres a los más altos en cosa de meses. Por lo tanto, debemos entender el emprendimiento como el verdadero motor de nuestra economía, donde un millón de micro, pequeñas y medianas empresas generan sobre el 70% del empleo, elemento fundamental para ser un país desarrollado.
Sin embargo, y a pesar de que Chile está bastante alineado a la cantidad de empresas y a la generación de empleos a nivel mundial, cuando se trata del aporte que realizan las mipyme al PIB, las cifras son demasiado bajas aportando sólo un 16% del Producto Interno Bruto, a diferencia de las 3 mil y 12 mil mega y grandes empresas presentes en nuestro país que completan el 84% restante.
Latinoamérica está en deuda con nuestros emprendedores y pymes. Necesitamos un cambio cultural, priorizando comprar sus productos y servicios y creyendo más en ellas
Tanto en Chile como en Latinoamérica el apoyo a las pymes es muy bajo. Latinoamérica está en deuda con nuestros emprendedores y pymes. Necesitamos un cambio cultural, priorizando comprar sus productos y servicios y creyendo más en ellas, como responsables del 70% de los puestos de trabajo, y las que los continuarán generando mientras las grandes empresas comiencen a reducirlos, como ya ha ocurrido durante los últimos 20 años en grandes empresas de Estados Unidos.
Desde Asela nos encontramos promoviendo la eliminación de trabas burocráticas, ofreciendo mayores oportunidades para la creación de empresas y el crecimiento de éstas, generando un mayor movimiento en la economía de las pymes.
Asimismo impulsando la creación de programas y proyectos de ley pro emprendimiento y que fomenten el desarrollo de las pymes, por ejemplo en el acceso a financiamiento, al pago oportuno a 30 días y a una disminución de las tasas de interés de créditos bancarios, junto con la homologación de buenas políticas públicas ya existentes, como la Ley de Emprendimiento en Argentina y Empresa en un día en Chile, para que los protagonistas sean los miles de pequeños emprendedores, comerciantes y profesionales independientes de cada país.