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Su sueño era morir fusilado por un pelotón: el sanguinario “asesino del pica hielo” fue ejecutado en Texas

El famoso homicida conocido como el «asesino del pica hielo» fue ejecutado este miércoles por orden del Tribunal Supremo de Texas, Estados Unidos, en la prisión de Huntsville.

 Danny Bible, de 66 años, fue declarado culpable de la violación y el asesinato de Inez Deaton (20), quien en 1979 fue a apuñalada once veces con un picahielo y luego su cuerpo arrojado a un pantano de Houston, recoge Houston Chronicle.

Después de su icónico homicidio, Bible viajó por distintos estados cometiendo delitos. Años más tarde volvió a Texas y asesino a su cuñada, Tracy Powers, el hijo de la mujer, Justin (de sólo cuatro meses) y a la mujer que vivía con ellos identificada como Pam Hudgins, este último homcidio tuvo al hermano de Pam como testigo.

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Luego se dirigió a Montana donde secuestró a una mujer y violó a una niña de once años.

En 1984 fue atrapado en Florida y sentenciado a 25 años de cárcel sólo por la muerte de Hudgins, único crimen que tenía testigos. Sus otros delitos continuaban impunes y sin responsables, añade el medio.

Tras cumplir ocho años de prisión, fue puesto en libertad condicional por buena conducta. No obstante, una vez en las calles, el criminal continuó agrediendo, abusando y violando a distintas mujeres.

Bible volvió a ser arrestado en 1998, cuando una de sus víctimas logro escapar de sus garras luego de ser violada y agredida por el sujeto en un motel de Louisiana.

Al poco tiempo, y ante la promesa de evitar la pena de muerte, el homicida confesó todos su crímenes, inclusive el asesinato con el pica hielo, desde el que ya habían pasado 20 años.

Pena de muerte

A pesar de la promesa, en 2003 el asesino serial fue condenado a pena de muerte en Texas por el homicidio de Inez Deaton. Su conducta violenta y sanguinaria, que se mantuvo con el pasar de los años, fue determinante para los jueces.

Camino a su sentencia, Bible fue parte de un accidente que casi le quitó la vida y que lo dejó sin poder caminar. Este hecho se transformó en un elemento clave para que la defensa argumentara que no era un peligro para la sociedad, pero sin resultados favorables para el homicida, expone el diario estadounidense.

Según medios internacionales, el criminal tenía el deseo de morir a manos de un pelotón de fusilamiento. En las semanas previas a su ejecución, los abogados hicieron lo posible porque fuera asesinado de esa manera o con gas nitrógeno. Incluso, realizaron una apelación de última hora en la que argumentaban ante la justicia que debido al tamaño de sus venas y al Parkinson que parecía una inyección letal sería demasiado dolorosa.

Los jueces de la Corte fallaron en contra del recurso impuesto por la defensa y este miércoles fue ejecutado a través de una inyección letal, convirtiéndose en el séptimo aniquilado en lo que va del año en Texas. Sus últimas palabras fueron «duele», según Houston Chronicle.

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