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Así es la meditación budista que salvó la vida de los niños atrapados en Tailandia

Un elemento fundamental que ayudó para la salud mental del grupo fue la meditación que el entrenador aplicó a los menores

Todo el mundo celebra el rescate del entrenador, Ekapol Chanthawong, y los doce niños atrapados en Tailandia que mantuvo en vilo a la opinión pública por más de dos semanas.

Los menores y Ekapol, que fueron rescatados de la cueva en tres fases entre el domingo y el martes, «se cuidaron muy bien en la cueva”, señaló el inspector de salud pública Thongchai Lertwilairatanapong en una conferencia de prensa en el hospital de la ciudad de Chiang Rai, donde se recuperan.

Sin duda, un elemento fundamental que ayudó para la salud mental del grupo fue la meditación que el entrenador aplicó a los menores para que pudieran mantener la calma, preservar su energía y controlar en parte el hambre que sentían.

Ekapol enseñó a sus pupilos el tipo de meditación budista que aprendió en el templo dorado Wat Tham Pla (El templo de la cueva del Mono), ubicado en Mae Sai, en el montañoso norte de Tailandia.

En el último tiempo se ha demostrado que la meditación consciente, la que generalmente se enseña en el budismo tailandés, puede reducir la ansiedad, la depresión, y el dolor.

Aisha Wiboonrungrueng, cuyo hijo de 11 años Chanin estaba atrapado en la cueva, no tenía dudas de que la tranquila personalidad de Ekapol ha influido en el estado mental de los muchachos.

«Mira qué tranquilos estaban sentados allí esperando. Nadie estaba llorando ni nada. Fue sorprendente «, dijo, refiriéndose a un video que capturó el momento en que los niños fueron encontrados.

Entrenador y monje

Antes de que el joven de 25 años fuera entrenador de los muchachos del equipo de fútbol Wild Boars pasó una década como un monje budista con túnica color azafrán, luego de que murieran sus padres.

Sin embargo, dejó de ser monje y consiguió trabajo como entrenador para cuidar a una abuela enferma.

«Podía meditar hasta una hora», señaló su tía, Tham Chanthawong, quien asegura que todavía se queda en el templo de vez en cuando y que medita con los monjes allí todos los días.

Los niños y su entrenador son conocidos por ser un grupo muy unido que realiza aventuras, como nadar en cascadas, hacer excursiones en bicicleta por las montañas, practicar rafting en el río y explorar cuevas.

 

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