Luego de acudir la mañana de este martes al aniversario número 100 de la Fuerza Aérea Real, los Duques de Sussex, Meghan y el príncipe Harry abandonaron Londres para salir en su primer viaje oficial a Dublín, capital de Irlanda.
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Durante la primera visita de estado de Meghan, la duquesa mostró su lado más humano y por supuesto lució fabulosa.
Su primera aparición pública tuvo lugar en el jardín de la embajada británica. Allí fueron agasajados con un ‘cocktail party’ y convivieron con el primer ministro irlandés Leo Varadkar, así como otras autoridades y personajes destacados de la vida pública irlandesa y británica.
Meghan se compenetró de manera inmediata y sin problemas con locutores, embajadores, y autoridades irlandesas.
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Pero, cuando llegaron a la residencia de los embajadores británicos, Meghan se detuvo en el camino, saliéndose del protocolo para acercarse a un niño que estaba mirando como pasaban los duques.
Ella se agachó, le dio la mano y sonrió y hasta el príncipe Harry quedó sorprendido e hizo lo mismo con el pequeño, gesto que despertó la ternura en los presentes quienes ante el acto expresaron al unísono un “awww”.
La pareja voló desde Londres esta tarde hasta la capital de Irlanda para iniciar un viaje oficial de dos días, el primero de este tipo que realizan como matrimonio fuera del Reino Unido.
La duquesa de Sussex aterrizó en Dublín con un elegante conjunto en verde botella, un guiño al color nacional de Irlanda, diseñado por Givenchy, la misma firma en la que confió para su vestido de novia, y que más veces ha lucido desde su ingreso en la familia real. Lo combinó con un sencillo bolso en tonos ocre de Strathberry y zapatos de tacón a juego.
