Finalmente no hubo ninguna irrregularidad, así lo estimó al menos la Contraloría. El polémico viaje realizado por el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, a la Universidad de Harvard finalmente estuvo en regla.
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Así lo estimó la entidad a través de un dictamen, donde se señala que «dicho viaje no significó una contravención al principio de probidad pues fue efectuado en el marco de una comisión de servicio aprobada por el decreto N° 488, de 2018. Indican que si bien la invitación se cursó con anterioridad a que este último fuera nombrado en su cargo, se reiteró una vez conocida dicha designación, con el propósito de que realizara su ponencia en tal calidad«.
El documento además sostiene que «la presencia del ministro en la actividad de que se trata revistió un interés público, pues se relacionó con las prioridades del gobierno en orden a contribuir ‘al mejoramiento de la calidad de la educación’ y a incentivar ‘la creación de condiciones que permitan un mayor crecimiento económico y un manejo responsable de las finanzas públicas'».
La Contraloría también hace hincapié en que los dineros usados para financiar el viaje fueron reintegrados en parte por el Harvard College y el saldo por el propio ministro.
Fue en mayo que la bancada de diputados del Partido Socialista hizo público el hecho denunciando que el secretario de Estado había ido a una actividad privada -una cena de ex alumnos de la casa de estudios- financiando el periplo a Boston con fondos públicos, contrariando la política de austeridad y probidad del propio gobierno.
Una vez conocido el hecho, Larraín aseguró que la visita la hizo en su calidad de ministro, destacando que parte del costo lo devolvería la propia universidad y además él mismo de su bolsillo terminó pagando la diferencia: una cifra de $1.792.930. El viaje en total con pasaje y viático salió $5.167.194.
