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El abominable modus operandis para cometer estupro y abuso sexual del sacerdote: usaba parroquias e iglesias según fiscal

Las víctimas, entre las que se encontrarían sobrinos y fieles de la Iglesia, tenían entre 11 a 17 años cuando cometieron los hechos. A ellos se habría acercado como guía espiritual.

Decir que es deleznable es poco. El modus operandis que el fiscal Emiliario Arias imputó al ex canciller del Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz Toledo es abominable. De hecho, de ser cierto que el sacerdote cometía los abusos sexuales y estupro reiterado, a causa de esto, al menos recibirá entre 10 a 15 años y un día de condena según la Justicia, al menos la terrenal.

La forma en que operaba  para cometer abusos sexuales por parte de quien hasta diciembre del año pasado estuvo realizando misa en la parroquia Jesús de Nazareth de Estación Central, según el persecutor, consistía en quebrantar la voluntad de los niños y adolescentes para «hacerles perder la inocencia» incluso dentro de las mismas sedes de la Iglesia.

Manipulación sicológica

Los detalles surgieron este viernes en la formalización en el Tribunal de Garantía de la Región de O’Higgins. Tras la audiencia, el fiscal Arias informó cómo, según sus antecedentes, se cometían estos delitos.

«Se trata de todas víctimas menores de edad, con inexperiencia sexual y que fueron atacadas sexualmente en el domicilio del imputado o mientras se encontraban al cuidado de este. ¿Por qué a su cuidado? Por la confianza que generó con las víctimas y con los padres. Dos áreas entonces de abuso de confianza que generó tanto en los familiares como utilizando su cargo de sacerdote en la Iglesia Católica», dijo Arias.

Agregó que «no es menor que se hayan cometido los delitos al interior de la iglesia, al interior de casas parroquiales, delitos reiterados. En este caso también observamos de parte de la conducta del imputado una clara manipulación sicológica, abuso de consciencia en relación a las víctimas».

Según trascendió durante los últimos días, entre los abusos se encontraban masturbaciones, toques y también sexo. Todos los abusados habrían tenido entre 11 y 17 años cuando se cometieron los hechos.

Guía espiritual y también familiares

Para llegar a esto, relató el persecutor, primero Muñoz Toledo se ganaba la confianza tanto de los padres de los menores como de los mismos menores.

«El sujeto entra como guía espiritual en la vida de estos niños que se encuentran en pleno período de formación, entra en su interior y de esta manera los conduce a ser objeto de gravísimos delitos y atentados de connotación sexual. En este caso, usando las palabras del Papa, se trata de víctimas a las cuales se les ha quitado tempranamente su inocencia», recalcó el fiscal.

Pese a que el fiscal reconoció que hay cinco víctimas en la investigación, no descarta que existan más. De hecho, entre algunos de los casos se encuentran los sobrinos del propio Muñoz Toledo, que serían hijos de sus primos hermanos. Los otros serían fieles y menores que desempeñaban labores de ayuda en la Iglesia.

Abusó de su cargo

Para el fiscal, uno de los hechos más graves que se cometieron son el abuso de poder. Ello pues en calidad de canciller del Arzobispado de Santiago desde 2011 en adelante, Óscar Muñoz Toledo tuvo acceso a las declaraciones de víctimas de abusos sexuales y, como conocía el proceso de investigación dentro de la Iglesia, podía usar esta información para quedar impune en sus delitos.

«Al cumplir ese rol esta persona conocía cómo se manejaba el sistema de investigaciones canónicas al interior de la Iglesia Católica. El sistema de investigación de abusos sexuales en contra de menores tenía enquistado en su interior y en un rol trascendente el papel del canciller que hasta antes de 2011 conocía todas las denuncias de delitos sexuales en un primer momento y por él también pasaba la gravedad de los hechos», indicó Arias.

El mismo persecutor agregó que «él conoce qué hacer, qué no hacer, cómo manejarse, cómo poder con posterioridad asegurar su impunidad».

Es más, recordó que Óscar Muñoz tomó las declaraciones de abusados por Fernando Karadima.

«Destacable es las declaraciones que él tomó las declaraciones de Fernando Karadima. Lo que él relata es que cuando él toma esta declaración, inmediatamente le empieza a bajar el perfil a los casos. Acá, en consecuencia existe un factor importante de impunidad que se aseguraba el sujeto para sí y es probable que también para otros casos».

Pueden haber más detenciones

Según el fiscal, el caso podría abrir más aristas. En ese sentido, no descartó que se detengan a más personas -incluidas miembros de la Iglesia- por otros delitos asociados, como el encubrimiento de abusos sexuales.

«Esta investigación no sólo se refiere a las actuaciones de este sujeto, sino que se refiere también a las actuaciones y a los partícipes que pudieran existir en este caso, tanto de partícipes como encubridores, en este caso como o en otros que tenemos vigentes en la Región de O’Higgins. Lo que podemos asegurar desde ya es que existe una instancia de investigación paralela por parte de la Iglesia Católica con sanciones que, sin duda, no son eficientes para que no se sigan cometiendo los delitos, eso está bastante claro».

Penas de 10 a 15 años

Por último, el fiscal indicó que «la pena probable en este caso por abuso sexual reiterado es mínimo una pena de cinco años y un día a la que debemos agregar la pena a la que se expone por estupro. O sea, siendo bien beneficioso con el imputado, el mínimo que arriesga es entre los 10 a 15 años y un día».

«El hecho de ser sacerdote, ministro de un culto, nuestro código penal lo establece como una agravante, lo señala el artículo 368 que en ningún caso se puede aplicar las penas en su mínimo», recalcó el fiscal.

Cabe mencionar que el Tribunal decretó 180 días para la investigación y en ese tiempo el sacerdote quedará recluido en el módulo 86 de la Cárcel de Rancagua, uno de los recintos más modernos.

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