El presidente Donald Trump aterrizó en Helsinki el domingo en la noche, donde mañana prevé reunirse con su homólogo ruso Vladimir Putin.
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El mandatario estadounidense no planeaba realizar apariciones públicas sino hasta el lunes, cuando se dirija al Palacio Presidencial de Finlandia para desayunar con el presidente Sauli Niinisto. Trump y Putin se encontrarán el lunes en el palacio.
El domingo, Trump mantuvo bajas las expectativas para cuando se reúna Putin diciendo que «nada malo va a salir de eso, y tal vez salga algo bueno».
El mandatario estadounidense también dijo a CBS News en una entrevista que «no había pensado» en pedirle a Putin que extradite a la docena de oficiales de inteligencia militar rusos acusados la semana pasada en Washington por cargos relacionados con hackear a objetivos demócratas en las elecciones de Estados Unidos en 2016.
Pero después de que su entrevistador le diera la idea, Trump dijo: «sin duda preguntaré al respecto».
Washington no tiene ningún tratado de extradición con Moscú y no puede obligar a Rusia a entregar ciudadanos. Una disposición en la constitución rusa prohíbe la extradición de sus ciudadanos a países extranjeros.
El presidente grabó la entrevista en su campo de golf Turnberry en Escocia el sábado, un día antes de partir para Helsinki para la cumbre. CBS publicó extractos el domingo.
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Trump también se negó a discutir sus objetivos para la cumbre: «Te lo haré saber después de la reunión», comentó, pero dijo que cree que esas reuniones son beneficiosas en sí mismas.
Citó su reunión sin precedentes el mes pasado con el líder norcoreano Kim Jong Un y los encuentros que tuvo con el líder chino Xi Jinping.
Rechazo a la cumbre
La cumbre que reunirá este lunes en Helsinki a los líderes de Rusia y Estados Unidos ofrece nuevas esperanzas al mundo, pero muchas de las políticas de Vladímir Putin y Donald Trump también despiertan rechazo, como quedó patente este domingo en una multitudinaria protesta en la capital finlandesa.
Casi 2.000 personas marcharon por el centro de Helsinki unidos en su condena a las políticas de inmigración de Trump y su voluntad de construir un muro con México, la homofobia impulsada por el Kremlin, la falta de libertades y el encarcelamiento de activistas en Rusia, entre otras muchas denuncias.
«Hagamos de nuevo grandes a los Derechos Humanos«, rezaba el lema de la manifestación, en alusión al eslogan con el que llegó Trump hace un año y medio a la Casa Blanca.
La protesta contra los líderes de las dos grandes potencias nucleares logró reunir bajo las mismas banderas a activistas de Amnistía Internacional, ecologistas, anarquistas, miembros del movimiento LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) e incluso a la comunidad ucraniana residente en Helsinki.