En menos de 24 horas se conocieron dos casos de violación y abuso sexual cometidos presuntamente por menores de edad. El martes se supo que cuatro menores, de entre 13 a 16 años, abordaron a una mujer de 38 años en el Parque de Los Reyes y este miércoles una madre denunció a un grupo de tres niños de 8, 9 y 12 años de ataques de índole sexual a su hija de sólo 8.
PUBLICIDAD
La mayoría de ellos es preadolescente, una etapa en la que, en teoría, la sexualidad no se manifesta de forma tan notoria como cuando las hormonas comienzan a hacer lo suyo. En ese sentido es válido preguntarse, ¿qué puede motivar a un niño menor de 13 a cometer un abuso sexual?
Para Jennifer Conejeros, magister en psicóloga infanto juvenil y académica de la Universidad de Chile, el origen es multifactorial. Según ella, «hay factores individuales como el desarrollo de la personalidad, la empatía, el desarrollo moral, entre otros. También el entorno familiar: el cariño, la protección, el vínculo y los valores. Tampoco se descartan factores como haber sido víctima de abuso, maltrato, que pueden provocar identificación con el agresor o falta de empatía».
Influye el reggaetón y el acceso a internet
María José Cubillo es magister y en psicología clínica y directora del Centro Psicosocial Crianzas y según ella, la respuesta es positiva. «El acceso a las redes sociales sin límites está jugando muy negativamente: no hay parámetros, límites o padres que estén presentes justo en una etapa del desarrollo en que es súper compleja».
La especialista también mira con suspicacia los estilos musicales donde el baile se sexualiza demasiado. «Hoy tenemos muchos contenidos que están acentuados al extremo en lo erótico. Si no están en ambientes regulados, pueden sumarse a los factores».
«El tener un desarrollo psicosexual en la preadolescencia sí tiene una correspondencia con los contenidos audiovisuales y cognitivos que hoy existen», advierte Cubillo.
Por su parte, para la profesora Conejeros, estos estímulos no se pueden analizar por sí solos y aclara que todo depende del contexto personal y social en que se desenvuelva el menor.
PUBLICIDAD
«Hay algunos que van a ser más vulnerables a los medios, como a estos retos de redes sociales, buscando aceptación entre los pares que es otro factor relevante: el necesitar ser parte de un grupo donde se reciba aceptación», analiza.
¿Hay solución?
Ambas especialistas concuerdan que la corta edad de los involucrados en estos hechos permiten una intevención con miras a evitar conductas relacionadas con abusos sexuales en el futuro.
La profesora Conejeros asegura que «eso es complicado, pero no imposible. Se necesita de una intervención multisistémica con psicólogos especializados, psiquiatra, trabajador social. Hay que hacer intervenciones individuales, familiares y sociales, incluyendo los grupos de referencia y salud.
A su vez, Cubillo aclara que «las intervenciones tienen que ser psicociales porque son muchas las aristas que hay que analizar. Si se hace eso, podría regularse la conducta y no necesariamente un adolescente vinculado a estos hechos va a derivar en un sicópata. El ser humano hasta los 18 años termina de configurar su personalidad por lo tanto, todavía se está a tiempo de intervenir en su desarrollo».