En todo el mundo, desde Chicago hasta Múnich y Roskilde , Dinamarca, los aeropuertos se han convertido en centros de protesta política por las deportaciones.
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Esta semana, una estudiante sueca intentó un enfoque diferente: la mujer impidió la deportación de un afgano solicitante de asilo comprando un pasaje para el vuelo en que se iba el hombre y seguidamente negándose a sentarse, lo que obligó a suspender el despegue.
Elin Ersson mostró en vivo su protesta en Facebook desde dentro del avión que iba a ir de Gotemburgo, Suecia; a Estambul y de ahí a Kabul.
Ersson explicó que el hombre era deportado a Afganistán, “donde casi seguramente será asesinado”.
El video fue compartido ampliamente en redes sociales y para el miércoles había sido visto por unas 2 millones de personas.
«No voy a sentarme hasta que esta persona no esté en el avión», dijo Ersson en el video.
«Son las reglas de su país», le dice otro pasajero.
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«Estoy tratando de cambiar las reglas de mi país», responde ella. «No está bien enviar personas al infierno».
Si el hombre fuera deportado a una Afganistán conflictiva, le dijo a la gente que la rodeaba: «lo más probable es que lo maten».
El hombre y Ersson fueron eventualmente sacados del avión.
El canal televisivo alemán Deutsche Welle dijo que el hombre fue arrestado y aún enfrenta deportación y que Ersson pudiera enfrentar consecuencias legales.
La protesta pone de relieve la oposición interna al duro régimen de asilo de Suecia. El gobierno está dispuesto a mantener las expulsiones de solicitantes de asilo al tiempo que el país se dirige a unas elecciones en septiembre que se están luchando en gran parte en temas de inmigración y asilo. Los Demócratas Suecos, la extrema derecha del país, se muestran fuertes en las encuestas.