Las noticias parecen ser buenas para el Gran Santiago. Según la última encuesta trimestral del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, la tasa de desempleo en la capital cayó a un 7% en junio, anotando la cifra más baja desde diciembre de 2016, cuando había registrado un 6,5%.
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El informe sacó sonrisas entre las autoridades. El ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg señaló que “estas encuestas son la mejor muestra de que estamos encendiendo motores y estamos empezando a andar a la velocidad que nunca debimos haber dejado de andar. Chile está empezando a crecer, y está empezando a crear empleos de calidad”.
Según el estudio, el nivel de desempleo registrado equivale a 228.540 personas desocupadas, lo que representaría una tasa que está por debajo del promedio de los últimos 20 años (9,7%), y también de los últimos 10 años (7,8%).
“Hay una clara mejora en la actividad económica, lo que se ve reforzado por el aumento de la fuerza laboral y la cantidad de empleados asalariados”, señala el investigador del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la UDD, Guillermo Acuña. “A largo plazo, eso sí, será difícil saber cómo seguirá todo, porque la Guerra Comercial entre Estados Unidos y China está generando mucha incertidumbre, y eso podría afectar las inversiones en Chile”, aclara.
Por su parte, el economista e investigador de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón asegura que al menos este año y el próximo la recuperación del empleo seguirá al alza. “Todavía no vemos efectos de este conflicto internacional en nuestro crecimiento. Habrá que ver más adelante. Pero la recuperación del empleo seguirá, y probablemente para la segunda mitad del año tengamos incluso mejores noticias, sobretodo cuando aparezca el trabajo agrícola del último año”.
Desempleo en los jóvenes
El estudio también reveló que la tasa de desempleo en el segmento de 20-24 años fue de 18,2% en junio, mientras que en igual periodo en el segmento 25-29 años fue de 12,4%. Si bien las cifras han sido constantes en los últimos años, surge la interrogante de cómo podrían verse afectadas con el nuevo estatuto laboral para jóvenes, el cual permite a los empleadores generar un contrato especial que no consideraría la renta para beneficios sociales, como por ejemplo la gratuidad universitaria.
“En primera instancia, el estatuto sería algo bueno porque facilitaría la contratación de los jóvenes y haría menos costoso el proceso”, señala Acuña, visión que también comparte Alarcón. “Ambas tasas de desempleo van a mejorar, por cuanto la clave de este nuevo estatuto es darle mayor flexibilidad a los jóvenes para que puedan trabajar en los horarios que a ellos les conviene”.