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Tras denuncias de abusos sexuales a monjas de Talca: expertos no descartan que se descubran más casos

Tanto la historiadora María José Castillo, quien apareció ayer en el reportaje de Informe Especial, como la hermana Karoline Mayer, no se atreven negar más casos.

Impacto causó el reportaje de Informe Especial sobre los abusos sexuales y de consciencia acusados por algunas ex religiosas vinculadas Las Hermanas del Buen Samaritano de Molina, en la Región del Maule. Y una de las especialistas que apareció analizando tales casos fue la historiadora María José Castillo Navasal, quien asegura que podría haber más casos.

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«No me cabe la menor duda que debe haber más de algún otro convento o congregación que esté sufriendo o haya sufrido estos abusos que pudimos observar en Molina», dice a Publimetro. «Lo que pasa es que los conventos en sí son muy herméticos y a las hermanas muchas veces les prohíben hablar», explica la especialista en la historia de la Iglesia Católica chilena.

De hecho, según aclara, en muchos de estos lugares la situación incluso podría estar al borde de la violación a los Derechos Humanos (DDHH). «Lo que se vio en el reportaje es parte de una usanza de muchas familias religiosas con respecto a la mujer. Aquí la situación de una monja es muy distinta a la de una dueña de casa. Si tu la comparas, esta última tiene la posibilidad de darse un descanso. En cambio las religiosas jamás, tanto así que pierden la noción del tiempo».

«Yo creo que hasta se dan cuenta de que es domingo sólo por el tamaño de la hostia, porque es más grande que el del resto de la semana», sostiene.

La mirada religiosa

Desde el punto de vista de la religiosidad, de todas formas, hay matices. La hermana Karoline Mayer (75), misionera y fundadora de la Fundación Cristo Vive indica a Publimetro que en sus años de noviciado, casos como los conocidos en el reportaje no quedaban impunes.

«Las pocas veces que yo lo he presenciado, he visto cómo se han tomado las medidas para proteger a las víctimas y castigar a victimarios», detalla quien lleva al menos 50 años en la Iglesia.

No obstante, aclara que tanto en la vida laica como en la religiosa, un abuso sexual es algo que o es fácil de confesar. «Todos tienen un tremendo pudor para llegar a contarlo. Entonces eso puede significar que personas que hayan sufrido estos ultrajes, se lo hayan guardado por largos años».

Por eso mismo, no descarta que hayan más casos. «Puede ser que exista más casos, pero eso no se lo podría confirmar. Yo espero que esto se transparente», sentencia.

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