Recién estamos a martes y el Metro de Santiago tiene la marca perfecta de dos averías en la misma cantidad de días en su red. Al problema de ayer, que se originó a partir de una falla de software en ls validación y carga automatizada de la tarjeta Bip!, se sumó la falla en la Línea 1 que la tuvo un par de horas funcionando de forma parcial y con retrasos.
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La situación que afectó a la principal arteria de la red y que complicó el trayecto al trabajo de cientos de miles de santiaguinos tuvo su origen a las 6.00 am. A esa hora Metro informó vía Twitter que se iniciaba «una nueva jornada con retraso en la frecuencia de Línea 1». Y a los pocos minutos la noticia era otra: la combinación entre Línea 5 y 1 en San Pablo estaba fuera de servicio, al igual que la estación Neptuno.
Eso llevó a que el flujo de trenes para el resto de la red se viese mermado, por lo que entre la estación Pajaritos y Los Dominicos los tiempos de espera y atochamientos de personas fueron más abultados que de costumbre.
El problema
El origen de la avería estaba en el taller de la estación Neptuno. Allí, uno de los sensores de la línea presentó problemas desde temprano y obligó a tomar precauciones. «Falsa ocupación» es el nombre del desperfecto que Metro le informó a la Intendencia Metropolitana. «Es la falla de un sensor en la línea que no permite ver, específicamente, si está ocupado o no el trayecto. Esto obliga a que de forma manual tenga que verse tren a tren, ralentizando el sistema y el suministro, obviamente, de la frecuencia de trenes», explicó la intendenta Karla Rubilar.
La situación irregular se mantuvo hasta casi las 9 de la mañana, período en que el recorrido 412 del Transantiago debió reforzarse para suplir el déficit que bajo tierra provocó la demora en la liberación de los vagones de metro. Tras eso, las estaciones San Pablo y Neptuno abrieron para el público con restricciones de velocidad para ese tramo.
Dos días, dos investigaciones
«Terminando esta contingencia vamos a ver cual fue la causal de esta falla y quienes tienen responsabilidad, si es tema de mantención, de software, si el sensor debió cambiarse antes. Eso no lo sabemos pero vendrán los análisis de que fue lo que pasó»,afirmó Rubilar a Mega. Con sus palabras, plasma la segunda investigación seguida que recaerá sobre Metro.
La primera, eso sí, apunta más bien a la empresa Sonda, cuyo software no prestó garantías ayer e impidió el funcionamiento de los puntos de carga automática en las 118 estaciones de Metro y los 2.871 puntos Bip! en superficie. A eso se suma que también administran el sistema GPS del Transantiago, por lo que la planificación de viaje en plataformas móviles para usuarios y la propia coordinación georeferenciada de las operadoras de buses no funcionó.
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Las críticas del Ministerio de Transportes no se hicieron esperar. La titular de la cartera, Gloria Hutt, llamó a reunión a los representantes de Sonda y, luego de que estos no pudieran explicar la falla ni el tiempo que les tomaría regresar el sistema a la normalidad, la secretaria de Gobierno fue tajante:“No hay evidencia (de un hackeo). Por eso esperamos un informe para que se esclarezca (…) Se cursarán las multas correspondientes”. Junto a eso, Hutt deslizó que en la futura licitación del sistema de validación electrónica de Metro, donde Sonda tiene la exclusividad hasta febrero de 2019, el escenario cambiará. «Queremos que varias empresas estén a cargo, con el fin de que si una de ellas falla, como sucedió ahora, otras se puedan hacer cargo», lanzó.
Así, con dos averías y una polémica que incluso implicará multas para una empresa que se relaciona con Metro, a la red de transporte subterráneo le llueve sobre mojado.