Ayer el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que Corea del Norte era «inconsistente» en su discurso de desnuclearización porque, según indagaciones norteamericanas, Pyongyang estaría construyendo uno o dos nuevos misiles en la misma planta en la que fabricó su misil balístico intercontinental. Y hoy sus palabras fueron confirmadas.
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Un informe confidencial de la ONU, que recoge seis meses de indagaciones, reveló dos conclusiones: que Corea del Norte no ha abandonado su programa nuclear y que existen varias irregularidades en el cumplimiento de las sanciones económicas sobre el país.
Dicho reporte fue realizado por expertos que analizan la implementación de las medidas adoptadas por la Naciones Unidas. Éste, a su vez, habría ingresado la noche del viernes al comité de sanciones contra Corea del Norte del Consejo de Seguridad.
“(Corea del Norte) no ha detenido sus programas nuclear y de misiles y siguió desafiando las resoluciones del Consejo de Seguridad a través de un enorme aumento de las transferencias ilícitas de barco a barco de productos del petróleo, así como mediante transferencias de carbón en el mar durante 2018”, es una de las frases que se lee en el informe de 149 páginas.
Y eso no es todo, ya que el mismo documento afirma que Corea del Norte está colaborando militarmente con Siria y ha hecho intentos por vender armas en Yemen.
Este hecho plantea la interrogante sobre el acuerdo que Kim Jong-Un y Donald Trump suscribieron el pasado 12 de junio. ¿La razón? las promesas comerciales y garantías de seguridad a Pyonyang, además del compromiso de que se ponga fin formal a la guerra de Corea, están sujetas a un principio básico: la completa e inmediata desnuclearización de la penínsila de Corea. Eso, al menos según la ONU, ya no se está cumpliendo.
