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Hoy podríamos tener aborto libre… en Argentina: qué se vota en el día clave para nuestras vecinas

Actualmente las mujeres se exponen a penas de hasta cuatro años de cárcel por interrumpir el embarazo y se castiga del mismo modo a los médicos que realizan la práctica.

Este martes el Senado argentino comenzó a debatir el miércoles el proyecto de legalización del aborto, en una crucial sesión sobre la que estarán posados los ojos de Chile, la comunidad local e internacional.

Los 72 senadores decidirán si apoyan o rechazan la iniciativa aprobada por la Cámara de Diputados el 14 de junio que despenaliza y legaliza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación y que llegó al Congreso por el empuje de agrupaciones feministas.

Hasta ahora en Argentina el aborto sólo está permitido en los casos de violación y riesgo para la vida o salud de la madre. Sin embargo, el primero de los supuestos no se cumple en todas las provincias.

Según la normativa actual, las mujeres se exponen a penas de hasta cuatro años de cárcel por abortar y se castiga del mismo modo a los médicos que realizan la práctica.

Los ojos del mundo también están pendientes del voto de los legisladores, entre los cuales se observa una tendencia hacia el rechazo a la iniciativa que atraviesa transversalmente a todos los partidos.

A favor y en contra

La histórica sesión, que podría prolongarse hasta la noche, es seguida en las inmediaciones del Parlamento por manifestantes a favor y en contra del aborto.

Los defensores de la iniciativa sostienen que desde 1983 murieron más de tres mil mujeres por abortos clandestinos. Agrupaciones juveniles de distintos partidos políticos han intensificado por su parte la presión a los senadores para que apoyen la iniciativa.

En las inmediaciones del Congreso defensores de la práctica recordaron a víctimas de abortos clandestinos como Liliana Herrera, de 22 años y madre de dos hijas que falleció recientemente en un hospital del norte del país al que llegó aquejada por una infección generalizada.

Los denominados “defensores de las dos vidas” también han intensificado su campaña en contra de la iniciativa. Días atrás decenas de miles de católicos y evangelistas llenaron el centro de Buenos Aires ataviados con prendas celestes y sostuvieron que la vida humana comienza en el momento de la concepción.

El papa Francisco ha comparado la práctica con «lo que hacían los nazis» para cuidar la pureza de la raza, «pero con guantes blancos».

En tanto, cientos de médicos e instituciones privadas se oponen al proyecto por considerar que no garantiza suficientemente el derecho a la objeción de conciencia, expone a los facultativos a penas de cárcel y abre las puertas al aborto sin límite, ya que lo acepta después de las 14 semanas de gestación en caso de violación o si la vida o salud de la mujer estuvieran en riesgo.

Uno de los reclamos más escuchados es la posibilidad de que las instituciones médicas puedan ejercer la objeción de conciencia. La iniciativa solo contempla ese derecho para los médicos de forma individual.

«Hoy ganará la democracia”

El presidente Mauricio Macri, un confeso “pro vida” que se ha comprometido a no vetar la ley en caso de que sea aprobada, publicó el miércoles en las redes sociales un texto en el que llamó a respetar las distintas opiniones sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

«La importancia de esta votación va mucho más allá del tema específico que intenta dirimir. Nos plantea como sociedad un escenario pacífico para promover y realizar cambios. Pero, además, nos obliga como individuos a comprometernos a aceptar que hay otros que piensan distinto», indicó el mandatario.

En el texto titulado “No importa cuál sea el resultado, hoy ganará la democracia”, agregó que como quedó demostrado en los debates en la cámara baja y las comisiones del Senado, “las divisiones en las creencias sobre un tema a veces pueden ser irreconciliables”. Sin embargo, destacó que la discusión hizo “reflexionar a muchos argentinos sobre un tema en el que no tenían posición e iluminaron otros asuntos fundamentales que eran opacos a la opinión pública”.

 

Uruguay, Guyana, Cuba y la Ciudad de México son los únicos en Latinoamérica que han legalizado el aborto. En Puerto Rico y en las Antillas y Guayana francesas también se permite atendiendo a las legislaciones de Estados Unidos y Francia, respectivamente.

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