Las proyecciones indican que el completo italiano sigue bajo terreno endeble y que el comportamiento del mercado, pensando en el bolsillo, llama a echarle un poco más de palta y un poco menos de tomate.
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Esto se notó en el boletín sobre el índice del precio al consumidor que esta mañana presentó el INE, en que el IPC para julio tuvo un aumento del 0,4%. La cifra, que según proyecciones terminó siendo más de lo esperado, tuvo sustento en las considerables alzas en los apartados del transporte (1,2%), los alimentos y bebidas no alcohólicas (0,3%) y la vivenda y servicios básicos (0,3%).
Dicho eso, el informe también destacó justamente a la palta y el tomate, dos habituales de las mesas y onces chilenas, entre los productos con variaciones más notables.
Tendencias a la inversa
En el caso del tomate, la hortaliza más consumida por los chilenos, se anotó con un aumento del 6,4% en julio. Esto implicó 0,026 puntos porcentuales del total del 0,4% de alza en el IPC. El producto, además, acumula un aumento acumulado del 12% en lo que va del año.
Por el lado de la palta, en cambio, el fantasma de los $5.000 por kilo va quedando lentamente atrás. En julio su precio tuvo una disminución mensual del 7,8%, y su impacto en el IPC fue incluso mayor que el tomate, con una incidencia de -0,035 puntos porcentuales en el total.
El INE explica en ambos casos que las diferencias en los precios se deben a que, por una parte, hay una menor cosecha de tomates disponibles en el mercado y que, por el otro, la oferta de las paltas va en aumento.