Economía

Carozzi reclama que no está comprobado que “8 de cada 10 gatos prefieran Whiskas”

Empresa puso una demanda, alegando que dicha información puede inducir a error en los consumidores (humanos dueños de las mascotas, por cierto).

Seguramente es de los que vio o escuchó esa publicidad y quizás no se hizo un mayor cuestionamiento. Sin embargo, cuando se trata de competir por clientes, la cosa es seria.

Y es que la empresa Carozzi demandó por competencia desleal a Masterfoods Chile, por esa publicidad de la marca de comida para gatos, Whiskas, en donde se ufanaba de que 8 de cada diez felinos los preferían. Pero para la firma dueña de MasterDog y MasterCat eso no es cierto.

Esto fue motivo, según informa La Segunda, de una demanda interpuesta por esta última el pasado 1 de agosto ante el 16º Juzgado Civil de Santiago, aduciendo que «no hay estudios que avalen» dicha información utilizada en toda la promoción transmitida en redes sociales y televisión, señalando que esto puede inducir a un error en los consumidores, es decir, los dueños de estas mascotas.

De hecho, la firma plantea cuestionamientos en el documento de la acción judicial, tales como:¿existe un estudio que avale lo indicado? Si lo hay, ¿cómo se efectuó el estudio? ¿qué organismo lo hizo? ¿en qué país? ¿qué variables se tuvieron en cuenta? ¿bajo qué condiciones se confeccionó? ¿en comparación con quién existe esta elevada preferencia por el producto Whiskas? ¿cuál es el mercado relevante considerado?

Pero esta pelea no es nueva, ya que Carozzi ya había hecho un reclamo en 20o2 por este mismo motivo ante el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria, organismo que hizo un pronunciamiento ético a MasterFoods.

La disputa por el mercado gatuno no es menor, porque según indica la misa acción judicial, Mastercat posee el 22,4% mientras que Whiskas el 19,2%.

Puedes ver el detalle de la demanda en este LINK.

El caso de las «alas» de Red Bull

A diferencia de esta disputa entre empresas, en EEUU se dio un caso similar, pero fue un cliente el que demandó a Red Bull por su publicidad «te da alas».

Y es que en 2014, Benjamin Careathers acusó en tribunales a la marca de bebida energética por publicidad engañosa, porque aseguró que durante los diez años que la consumió no notó que le surgieran alas… además de tampoco sentir una mejora intelectual o física.

Finalmente, el juicio no prosperó, porque la empresa prefirió llegar a un acuerdo en el que se estableció un pago de 10 dólares o 15 dólares en productos de la marca a todos quienes hayan adquirido una de las energéticas entre el 1 de enero de 2002 y el 3 de octubre de 2014, con lo que tuvo que desembolsar 13 millones de dólares.

¿Y si un consumidor demandara?

Pero, si un consumidor demandara ¿qué pasaría? “Yo siempre lo había entendido como una exageración, o una frase publicitaria divertida”, afirma de entrada Felipe Bravo, profesor de derecho económico de la Universidad Católica.

El académico dice que una persona si podría alegar publicidad engañosa, aunque habría que demostrar que la frase en cuestión es falsa. Eso sí, aclara que “la ley de protección al consumidor exige que las menciones deben ser susceptibles de comprobación”.

Bravo añade que se podría lograr que la empresa sea multada, pero insiste en que “solo si se prueba que efectivamente pudo haber una inducción al engaño, lo que me parece difícil en este caso”.

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