Marcela Cubillos (UDI) es la nueva ministra de Educación. A cinco meses de haber asumido el área de Medio Ambiente y haber conseguido logros como la eliminación de bolsas plásticas, la ex diputada por Ñuñoa y Providencia ahora es la encargada de levantar la imagen de un área que terminó muy golpeada por Gerardo Varela, la autoridad saliente.
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Abogada de profesión, especializada en materias constitucionales, su currículum tiene pocas aristas que se relacionen con la educación. De hecho, la más cercana fue la interpelación hecha a la ministra de esa área en 2008, Yasna Provoste, que apuntaba a terminar con su cargo.
¿Por qué entonces el Presidente Sebastián Piñera pensó en ella? «Ella conoce la política, tiene expertiz necesaria en la materia. Claro, no es especialista en Educación pero su tarea es elegir al grupo de asesores correctos que la ayuden a cumplir con lo que le pide el Presidente en este nuevo cargo», indica a Publimetro el cientista político Guillermo Holzmann.
Condiciones
Por otra parte, para Patricio Navia, asumir esta cartera es una tarea difícil a causa de los paros y las protestas. De hecho, se anima a decir que es uno de los más complejos del gabinete y por eso «es un desafío para cualquiera».
En ese sentido, indican que «uno le puede cuestionar muchas cosas a Marcela Cubillo, pero ella es especialista en política y ahí tiene las condiciones necesarias para el cargo. Tú no necesitas a un experto en Educación para esa cartera, necesitas a un buen político para llegar a acuerdos y a negociaciones».
Números
Para Marcelo Morales, doctor en Ciencia Política, los números la avalan. «Ella es reconocida por el 66% de los chilenos, una aprobación del 65% y en el ministerio del Medio Ambiente se anotó un gran punto con la eliminación de bolsas plásticas. Además tiene una trayectoria política -fue diputada- entonces tiene el soporte político para llegar al puesto. De hecho creo que es la mejor carta que pudo haber elegido el Presidente, no me cabe duda», agrega.
Pese a que también cree que el ministerio de Educación es difícil, «hay un punto que la puede beneficiar: el ciclo de marchas y protestas ya terminó. Generalmente las movilizaciones más grandes se dan entre marzo y las vacaciones de invierno. En octubre hay un pequeño impulso, incluso en noviembre, pero es muy baja. En diciembre desaparece. Entonces ella va a tener una agenda más o menos tranquila, al menos durante este segundo semestre y los primeros tres meses del año 2019. Es ahí donde tiene que saber moverse», finaliza.