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Cambiando la oficina por el living: así será la cancha para quienes se pasen al teletrabajo

Todo debe ser pactado entre empleador y trabajador. Desde hacer el cambio, la jornada y con cuanto de los gastos corre la empresa.

El teletrabajo lentamente comienza a tomar forma en Chile. El Gobierno ingresó ayer el proyecto para regular el trabajo a distancia y desde La Moneda estiman que, a pesar de que hoy solo el 1% de los chilenos trabaja desde su casa, en ocho años serán un millón las personas que se empleen en esta modalidad.

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Contrato de trabajo a distancia. Esa será la figura que formal que se podría adquirir a futuro. Está pensado para quienes, por distintos motivos, están impedidos de trabajar en forma física en algún lugar, ya sean personas discapacitadas, tercera edad, personas al cuidado de familiares, entre otros. Sin embargo, cae como anillo al dedo al rubro de la informática, programación y telecomunicaciones.

El detalle

«Este es un proyecto inclusivo, hecho para personas que se les dificulta trabajar en oficina. Lo importante es que aquí ganarán en calidad de vida y trabajarán en un empleo verde, porque ayudará a descongestionar las ciudades y a tener menos personas en las calles», dice Fernando Arab, subsecretario del Trabajo.

«Cualquier persona va a poder postular», añade la autoridad, agregando que, para ser un teletrabajador, tanto la empresa como el empleado puede proponerlo. «Obviamente todo debe ser de común acuerdo», añade.

En lo que respecta a las herramientas y los gastos monetarios de trabajar en casa, si bien se pensó que el proyecto determinaría que corrían por cuenta exclusiva de la empresa, el documento ingresado ayer contempla que «las partes deben acordar los gastos». Según cuenta Arab, gastos como la energía, el internet o el desgaste de equipos «van a tener que pactarse antes del contrato», pero ya sea parciales o totales, estos «deberán ser pagados como una asignación y no en la remuneración», dice.

¿Los teletrabajadores tendrán jornada laboral definida? «Pueden o no tenerlas. Por ley podrán estar excluidos de la jornada laboral, pero también podrán establecer junto al empleador una jornada definida. En los países desarrollados el cumplimiento del trabajo se evalúa por metas más que horas de oficina, aunque de todas maneras ya hay suficientes herramientas tecnológicas para determinar que se esté trabajando como el control de las horas de conexión», afirma la autoridad.

«Lo importante con el teletrabajo es modificar la cultura organizacional de las empresas. El cambio no es menor, porque las personas cambiarán el paradigma estar en la oficina y las relaciones cara a cara», opina el académico de la Facultad de Administración y Economía de la Usach, Sergio López. El experto cuenta que en Estados Unidos, por ejemplo, alrededor del 30% de las empresas optan por los teletrabajos. En la región, sin ir más lejos, el 20% de los trabajos digitales en Colombia son a distancia.

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¿Trabajar desde la casa asegura mayor productividad? «Eso no está comprobado», dice el experto, quien agrega que eso depende de que «la opción implique una mayor motivación para las personas, y no conlleve a la precarización del trabajo. Las experiencias internacionales son en general positivas pero depende de la cultura empresarial y que venga acompañado de buenas herramientas tecnológicas», afirma López.

Arrepentimiento

A la espera de cómo resulte para quienes se atrevan a hacer el cambio, el proyecto contempla un punto de retorno. Si el empleado, ya contratado, se pasa al teletrabajo, tanto él como la empresa tienen 3 meses para echar pie atrás. En el caso de que una persona comience su relación con la empresa como teletrabajador, que pueda convertirse en un empleado presencial dependerá exclusivamente de la empresa.

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