Definitivamente esta no ha sido la mejor semana para el presidente de Bolivia, Evo Morales, comenzó el lunes con un discurso lleno de pifias, le robaron los símbolos patrios el martes por la noche y se cambia a la lujosa, pero cuestionada, «Casa Grande del Pueblo» el jueves.
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El discurso del mandatario por la celebración de los 193 años de la fundación del país de inicios de semana fue interrumpido luego de que varios bolivianos se manifestaran en contra de una nueva reelección de Morales.
“Hermanas y hermanos (…), vamos a resumir nuestra intervención por el frío no tanto por mi sino por ustedes”, dijo el gobernante izquierdista, quien tenía previsto hablar dos horas y media y al final solo empleó 37 minutos en su mensaje.
El martes por la noche, desconocidos robaron la medalla y banda presidencial del auto del oficial a cargo mientras se encontraba en un prostíbulo. El mandatario desfiló por el Día de las Fuerzas Armadas sin los símbolos patrios, que aparecieron un día después fuera de una iglesia.
A mediados de semana, el diputado oficialista Domingo Soto ingresó borracho al aeropuerto internacional de Cochabamba. Los funcionarios de la terminal le impidieron abordar el vuelo. Soto agredió de puño a los policías y luego se desnudó en pleno aeropuerto.
Finalmente, en la tarde de ayer, el mandatario inauguró el lujoso nuevo palacio de gobierno, una ceremonia en la que a pesar del fuerte contingente policial igualmente contó con manifestantes en contra de la reelección de Evo.