Hoy, hace exactamente 70 años, vecinos del sector «Río Pescado» (comuna de Puerto Varas) fueron a hacer denuncias al retén de Carabineros del lugar. Las denuncias eran extrañas.
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Denunciaban que «algo» estaba saqueando los gallineros y despensas. Sólo desaparecía alimento, nada de mayor valor. Incluso muchos pensaron que se trataba de un puma o algún animal. Los vecinos señalaban que algo «correteaba a los animales y les robaba los huevos».
Tras el aumento de las denuncias, Carabineros recorrió los bosques de la zona. Encontraron al supuesto responsable de los robos entre los matorrales y el resultado los dejó en shock. No era un animal. Se trataba de un niño, pero que estaba en un estado muy extraño.
El tercer niño lobo del mundo
Se encontraba cubierto vellos. Su postura al caminar era en cuatro patas, similar a un perro.
En aquella época, y tras su descubrimiento, fue declarado como el tercer caso de niño lobo del mundo. Aunque, realmente se trataba del tercer caso del siglo XX.
Hay distintas versiones: algunos señalan que cuando se escapaba jugaba con perros salvajes del campo. Otros, que compartía con pumas pequeños y zorros, comunes en los bosques de esa zona.
Vicente tenía, en ese entonces, sólo 10 años. Cuando lo capturaron, el pequeño rasguñó y mordió al Carabinero que lo atrapó. El niño lobo estuvo encerrado seis días en el retén. Luego fue trasladado a la comisaría de Puerto Varas, donde lo mantuvieron tras las rejas. Muchas personas acudían a verlo, como si se tratara de una atracción de circo.
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¿Y la familia de Cau Cau?
No se supo de ella hasta mucho después. Un periodista de la época dio con su papá. Vivía en la zona de Las Cascadas, que en aquellos tiempos no era muy accesible. El padre del niño se llamaba Antolín Caucau.
La familia, como la mayoría de los trabajadores agrícolas de la época, vivía en una ranchita humilde. Tablas de madera, piso de tierra, baño «de hoyo» al exterior, pese al frío que hay en el sur.
Los padres del niño no vivían juntos cuando fueron contactados tras el caso. Pero la historia era un tanto dramática. Su madre se había ido por problemas de alcoholismo, con otra pareja. Antolín, también estaba con otra persona y tenían una hija pequeña.
Otro de sus hijos, hermano de padre y madre de Vicente, vivía también con Antolín, su madrastra y su hermana pequeña.
Según un relato del padre de Vicente, a la prensa regional de aquellos años, el niño en verdad se llamaba José Mercedes Caucau Barría. Como Vicente fue rebautizado después, cuando lo encontraron.
«Yo estaba en poder de los señores Hofmann cuando se extravió José, en junio del ’48 (a Caucau lo encontraron el 10 de agosto de ese año). Lo buscamos por todas partes, pensando que andaría por ahí no más. Le busqué por el lado de Octay, desesperado».
Puede sonar curioso el «yo estaba en poder de», pero en aquella época, era común que los trabajadores agrícolas trabajaran durante generaciones para la misma familia, pese a contar con contratos y el papeleo oficial.
Lo crudo, es que cuando le preguntaron que pensaba de su hijo, el padre respondió: «Yo no pensaba na’. Creímos que se había perdido no más. Que podría estar muerto en el bosque o que se lo habían comido los animales». En la zona, rondaban muchos pumas en esa época, que se comían a terneros y ovejas.
Se escapaba constantemente
Antolín, el padre del niño lobo contó, en aquella época, que la vida del campo era cruda y que no lo había pasado muy bien. No era la primera vez que su hijo se escapaba, lo había hecho constantemente, por menores periodos de tiempo. El niño se iba al bosque a jugar con animales. No hablaba, gruñía, y solo su hermano lograba comunicarse con él, a través de señas.
«Es un poco enfermito de la cabeza y le daba por arrancarse. Cuando nació vino con la cabecita como una masa y la matrona, la partera vecina que vive a unos kilómetros de nosotros, le arregló la cabecita», relató el padre.
El reportero en ese entonces le preguntó sobre las causas de las salidas, a lo que Antolín Caucau respondió: «No sé, señor. Él en la revista (VEA) dice que la mamá le pegaba. Cuando su madre se fue, él vivió con su abuelita y parece que ésta le pegaba. Él dice en VEA que (la abuela) era gorda y a «pata pelá». Así era su abuelita. Aquí no hemos sido muy felices, señor».
¿Cómo pasó de llamarse José a Vicente?
Pero José, rebautizado como Vicente, tendría una segunda oportunidad. Después de haber sido «capturado», Caucau fue enviado a Puerto Varas y de ahí al hospicio de Santiago, ya que pensaban que sufría de oligofrenia. En realidad se trataba de un fórceps mal hecho en el parto. Esto fue lo que le produjo un grado de retraso mental.
Según registros de la época, en la ciudad lacustre estuvo al cuidado de un doctor de apellido Bize y luego fue enviado, por orden del gobernador de esa época, al hospicio de Santiago. Allá se le bautiza como Vicente Enrique de la Purísima.
Su caso fue estudiado a nivel mundial y hasta nuestros días se pueden encontrar artículos médicos sobre Caucau (algunos de ellos están en inglés y pueden ser revisados en internet).
Una nueva familia
Según cuentan distintos relatos, Caucau terminó criado por Berta Riquelme, profesora de lenguaje de Villa Alemana. Ella le enseñó a hablar, leer y escribir, lo adoptó y crió. Caucau le agradeció ese cariño con lo único valioso que podía ofrecer, llamarla mamá.
En muchas fotos de reportajes de la época se nota felicidad en su rostro. Una curiosidad: en 1954, Caucau fue invitado al Congreso.
Los relatos cuentan que Vicente llegaba al hospital por comer comida caliente, ya que su estómago no estaba acostumbrado. Y que el vello que cubría su cuerpo se fue cayendo con los años. Un sobrino de doña Berta escribió un libro llamado «Crónicas del niño lobo».
La familia de doña Berta tenía una casa de veraneo en Horcón, una caleta pesquera ubicada en la Quinta Región a 51 kilómetros de Valparaíso.
En el sector, hay incluso una playa llamada Caucau.
Recordado por su rara historia
Cuando lo encontraron, fue tratado como una rareza por la gente en general, y por la prensa nacional.
Fue incluso portada de revista Vea, entre otras. Hoy existen incluso animaciones que cuentan su historia.
Pero más allá de la ficción, Vicente Caucau existió y su historia aún es recordada por adultos muy mayores de la zona. De hecho, en décadas posteriores se escribieron varias notas como ésta, se le realizaron entrevistas e incluso escribieron libros de cuentos infantiles.
El niño-lobo creció, aprendió a hablar y se insertó en el mundo civilizado. Finalmente, murió en octubre del año 2010, a los 74 años de edad.
A continuación, les dejamos un video de «Kau Kau, el niño lobo chileno». Se trata de un cuenta cuentos creado por la compañía Lumifera y basado en esta curiosa, mágica, pero real historia:
https://www.youtube.com/watch?v=kWNVgx8sHg8