Los reclamos por el caso del perro que murió por un disparo de parte de un uniformado en la esquina de San Martín con Américo Vespucio en Quilicura no quedaron sólo en quejas. Así al menos lo informó Carabineros este viernes, quienes anunciaron que se abrió una investigación y que se remitieron ya los antecedentes al Ministerio Público.
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Según la versión entregada por la policía, es que todo comenzó cuando una mujer, vendedora ambulante, vio a una patrulla y les pidió ayuda a los oficiales pues indicaba que un hombre, que tenía antecedentes de maltrato a Carabineros y también de otros delitos, la estaba amenazando de muerte.
Los hechos
«Al tratar de reducirlo los dos carabineros que están en el lugar, en la mitad de la ruta, en un lugar bastante complejo para accionar, se encuentran con perros que al parecer estarían en condición de abandonados porque hay muchos en el sector», indicó el mayor Diego Rojas, jefe Comunicaciones Sociales de Carabineros.
Agregó que «los perros se ponen nerviosos al ver tanta actividad, se abalanzan contra carabineros y trata de morderle la pierna y le rompe el pantalón. El carabinero se corre, lo trata de sacar con la pierna y después siente de nuevo el ‘apriete’ o mordida del perro. Al sentirse amenazado y como tiene los elementos para hacerlo, saca su arma de fuego y le dispara al perro para inhabilitarlo y al mismo tiempo seguir con la detención del otro individuo que seguía resistiéndose».
Según este relato, una vez que el sujeto fue detenido, los mismos oficiales «se preocupan de atender al perrito que estaba lesionado, lo llevan al veterinario municipal pero lamentablemente no se puede hacer nada y el perro muere».
Tras esto, lo llevaron a un cementerio municipal de perros para enterrarlo, descartando así que haya sido lanzado a la basura.
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Investigación
«Para nosotros es bastante triste tener que participar de este tipo de procedimientos porque el perro es un compañero del carabinero de toda la vida. Hace más de 60 años que tenemos perros y ustedes han visto el trabajo que hemos hecho; hay carabineros que han arriesgado su vida para meterse a un canal para salvar a un perro o cualquier otro animal. En la vida de nosotros los perros o los gatos son parte de nuestra familia», sostuvo el mayor Rojas.
Agregó que por eso «el carabinero que hizo el disparo está sometido a una investigación interna para verificar el procedimiento. Nosotros dimos la cuenta respectiva al Ministerio Público. Es una situación bastante lamentable».
Estudiarán uso de electroshock
Considerando que la situación tocó a la institución, según indicó el mayor Rojas, no se descarta que se analice el uso de otros métodos de resguardo para Carabineros.
«Las crisis son oportunidades. Quizás sea el momento de conversar y ver la posibilidad de usar no letales, armas intermedias que hubiesen permitido, no sé, un shock eléctrico al animal para poder reducirlo».
Sobre esa línea reiteró que la idea es estudiar «nuevas formas: gas pimienta, silbatos ultrasónicos», detalló el uniformado.
Lamentaron la situación
Por último, descartó que en la acción haya existido una actitud de frialdad pero también pide respeto en cómo la sociedad opina sobre el video.
«Nosotros entendemos el dolor que causa ver la imagen de una imagen tan fuerte como ver a un carabinero disparándole a un perro y es muy lamentable tener que llegar a ver como sociedad».
Aún así pidió considerar el contexto. «Somos todos generales después de la guerra. Yo en mi escritorio, mirando, puedo decir que podríamos hacer otra cosa, también puede venir un experto internacional en animales que nos podría decir que con una voz de mando y el animal habría reaccionado. Hay que estar en el lugar y en el contexto, sentir el miedo. Los carabineros sentimos miedo pues para ser valiente hay que sentir el miedo y controlarlo. La única herramienta que tenía él, era esa”.
«Lo que nos duele es que se diga que el carabinero lo hizo sin piedad o por gusto. Ninguno de nosotros sale a hacer alguna de estas acciones o cuando se encuentra con esto le hace bien y se va feliz a la casa», sostuvo el mayor.
Precisó que «es difícil legar a tu casa y decirle ‘hijo, nosotros tenemos un perro y lo queremos mucho. A mí me tocó ir a un procedimiento y por el trabajo tuve que matar un perro’”.