Diana de Gales fue la mujer más fotografiada del mundo. En la década de los 80 se comenzó a escuchar el nombre de la tímida Diana Frances Spencer como la futura esposa del príncipe Carlos. Fue en una guardería cuando se tomó la primera foto de Lady Di que le daría la vuelta al mundo, allí se oficializó quien era la novia del futuro Rey de Inglaterra.
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Después de varias semanas de rumores sobre una nueva novia del príncipe Carlos, el 17 de septiembre de 1980 la prensa británica apareció con esta foto de una joven de aspecto tímido, con dos niños, que no se había dado cuenta de que la luz transparentaba sus piernas. ¿Quién fue el autor?, el célebre fotógrafo Arthur Edwards, del diario The Sun.
La inocente Diana
Ella vestía una sencilla camisa remangada, un chaleco de punto violeta y una falda estampada, no debería haber llamado demasiado la atención, pero un contraluz le jugó una mala pasada y su primera aparición en los medios fue luciendo transparencias.
Se trataba de lady Diana Spencer, hija del conde Spencer, bien relacionado con la Corona, pues Isabel II había amadrinado a su hijo Charles. La joven tenía 19 años y trabajaba en la guardería Young England en el selecto barrio londinense de Pimlico. La imagen dio la vuelta al mundo, presagio de lo que después sería su vida.
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“La chica oficial de Carlos”
La prensa británica sacó la fotografía de la joven con la falda transparente y con el título: “La chica oficial de Carlos”. Días después se confirmaría el compromiso con el príncipe.
Años después ella aseguró que se sintió horrorizada con esa fotografía. “No lo podía creer, estaba impactada. Era una sesión que me pidió un fotógrafo y yo accedí, luego llegaron otros. Nunca imaginé que el sol me haría una mala jugada (…) se me veían las piernas. Estaba muy avergonzada con el propio Carlos”.
“No lo hice a propósito, lo prometo. No lo hice para avergonzarla, pero era una imagen tan buena que no podías dejar de tomarla y publicarla (…) esa imagen capta toda su inocencia”, dijo el fotógrafo Arthur Edwards, describiendo la ahora famosa foto retroiluminada que captó de Diana, vestida con una falda.
Relató cómo logró captar la imagen. “Con el permiso del dueño de la escuela, llevé a Diana a un parque cercano, junto con dos niños que tenía con ella. Ella posó y yo hice media docena de fotos. Fui a una docena de guarderías buscándola hasta que la encontré y me asombró que ella accediera tan fácil a dejarse tomar las fotografías”.
Las piernas más hermosas
“Todo el mundo no cree en esto, pero es la verdad del Evangelio: a la mitad, salió el sol y reveló esas hermosas piernas. Esa asombrosa imagen de silueta. De muchas maneras, me alegra que saliera el sol porque la convertía (a Diana) en una imagen icónica”, dijo Edwards, en una entrevista.
Pronto, otros fotógrafos convergieron en la escena y comenzaron a tomar sus propias imágenes. Pero ninguno logró captar la secuencia de Edwards.
Hay quienes dicen que Diana tuvo que soportar hasta un fuerte regaño de la Casa Real británica por lucir esa falda. Incluso, los expertos coinciden que en esa sesión la princesa rompió por primera vez una norma del protocolo real por no cuidar su vestimenta.
En 1980 el heredero a la corona británica comenzó a mostrar interés en aquella chica de 19 años. Diana vivía en Londres y alternaba los trabajos de profesora de baile, niñera y ayudante de enfermería.
Amaba a los niños
Desde sus primeros años, demostró empatía por los niños, de tal forma que empezó a trabajar con ellos y eventualmente se convirtió en maestra de jardín de niños en la Young England School.
“Diana marcó un antes y un después en la monarquía. En la guardería ella lució una falda un poco transparente y todos pensamos: Vaya, tiene buenas piernas (…) una bonita figura”, dijo una de las fotógrafas que llegó a la guardería en Pimlico, en un documental de la cadena Netflix.
En esa foto, Lady Di llamó la atención mundial porque tenía un aspecto de “colegiala” impresionante. Desde ese momento se conoció que las cámaras adoraban a Diana y a lo largo de esos 17 años, algunas de sus fotos fueron también un reflejo de lo que estaba siendo su propia vida, marcada por el desamor y la soledad.
Diana decía, en las entrevistas, que sólo había visto a Carlos 13 veces desde que empezó el cortejo hasta su boda en 1981 en la Catedral de San Pablo de Londres.
Esa fue la imagen que Lady Diana ofrecía al mundo a finales de los ochenta, en su papel de aprendiz, tímida, tranquila, con una falda transparente dejando ver sus largas y celebradas piernas. Años después dejó esa imagen atrás para dar paso a un icono, al de princesa rebelde y combatiente.