Ayer, jueves, a Franco Sepúlveda Rojas le parecía una buena idea llamar a once vuelos comerciales para asustar a quienes los dirigían, alertando sobre una “bomba” en su interior.
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El hombre de 29 años fue detenido en Antofagasta por realizar los llamados después de que no pudo abordar un vuelo y no logró recuperar una maleta. Fue capturado por el OS9 de Carabineros mediante georreferencia de su celular.
Posteriormente fue trasladado al aeródromo de Tobalaba en un avión de la Prefectura Aeropolicial y custodiado por personal policial de la OS9. Claramente la broma se le escapó de las manos y hoy viernes ya carga en sus espaldas una querella impuesta por el gobierno, invocando la Ley de Seguridad del Estado.
Arresto domiciliario
Por el hecho aeropuertos chilenos, peruanos y argentinos tuvieron que realizar operativos para controlar lo sucedido, ingresando personal policial a su interior. La ocurrencia de Sepúlveda cada vez tenía menos de chiste y más de problemas. Así lo vio la fiscal María Teresa Herrera, que durante horas de la tarde determinó arresto domiciliario total y un plazo de 90 días para realizar la investigación.
Durante la formalización además se presentaron los cargos contra Sepúlveda de amenazas, aviso falso de bomba e infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado.