Jay Austin y Lauren Geoghegan eran una pareja de neoyorquinos que un buen día decidieron dejarlo todo para embarcarse en la que sería la aventura más grande de sus vidas.
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Renunciaron a sus aburridos trabajos de oficina para en julio del 2017 convertirse en aventureros ciclistas que tenían como ambición conocer el mundo pedaleando.
Muchas fueron las vicisitudes que pasaron en Europa, América, África y Asia, arduas temperaturas, reacciones de sus cuerpos, ambientes hostiles, pero nada se compararía a lo que vivirían en una localidad del suroeste de Tayikistán.
El fin de un sueño
Fue en un auto sedán, de la marca Daewoo, en el que un grupo de hombres interceptó a la pareja que estaba acompañada de dos ciclistas más, en un acto morboso, grabaron todo lo que sucedía y finalmente decidieron embestirlos.
Los cuatro murieron en el acto más despiadado de los últimos meses. Horas más tarde, el Estado Islámico se atribuyó la autoría del terrible hecho.
La pareja inició su viaje en 2017 por África y hace apenas una semana hablaban de lo bondadoso que era el mundo y lo bien que eran tratados. Comentario que sería una sentencia de muerte, pues ahora eran víctimas de un crimen de odio, en palabras de los autores, ellos exterminarían a todos los incrédulos que no apoyaran al Estado Islámico, sin duda las realidad del mundo se encontraron.