17 cuadras, entre Avenida Macul y Departamental, llevan el nombre del sargento Ramón Segundo Toro Ibáñez.
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La historia de Toro se acabó el mismo día que comenzó la dictadura militar en Chile, cuando recibió una bala en el lóbulo parietal izquierdo mientras formaba parte del cerco que habían formado los militares al rededor del Palacio de La Moneda.
Su nombre quedó inmortalizado en color blanco sobre la señalética negra en la comuna de Macul, reconocimiento que la agrupación Ciudadanos por la Memoria espera terminar.
Sergio Grez, es historiador, profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile y miembro de la organización que busca eliminar este tipo de reconocimientos a la dictadura militar, tal como lo hicieron al participar del cambio de la Avenida 11 de septiembre a Nueva Providencia.
«Estamos pidiendo que se cambie el nombre ya que no se puede honrar el nombre de los golpistas», asegura el académico, quien fue parte de la reunión que mantuvo la municipalidad con miembros de la agrupación. «La respuesta ha sido favorable por parte del municipio, pero es un tema que tiene que pasar por revisión del consejo».
La calle Ramón Toro no es la única que podría ser sometida a revisión. En la misma comuna existe la calle Fabriciano González Urzúa, nombre de un suboficial de Carabineros, que según la página oficial de la institución fue «integrante de la promoción Bienio 1972-1973 del Centro de Perfeccionamiento de Suboficiales, unidad que demostró su arrojo y valor en el pronunciamiento militar de 1973».
La muerte del suboficial se produjo, al igual que la de Toro, el mismo 11 de septiembre. Luego de que el uniformado fuese a desalojar la fábrica Indumet, ubicada en San Miguel, la que servía como punto de resistencia de los trabajadores durante el golpe de Estado . El suboficial recibió varios disparos que le ocasionaron la muerte.
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Grez cree que la propuesta puede tener buena acogida por parte de las autoridades, ya que «dado el contexto actual donde hay una renovada sensibilidad por el tema de los derechos humanos debería prosperar».
Los otros homenajes
Las calles de la comuna de Macul no son los únicos ejemplos de homenajes que causan resquemores en la sociedad civil.
La semana recién pasado, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de acuerdo para retirar la estatua del almirante José Toribio Merino, la figura del miembro de la Junta Militar, se encuentra en dependencia del museo naval de Valparaíso.
73 votos a favor, 58 en contra y 14 abstenciones, fue el resultado de la votación que contó con el rechazo de casi toda la bancada de Chile Vamos, con excepción de Luciano Cruz-Coke, Gonzalo Fuenzalida, Pablo Kast, Sebstián Keitel y Marcela Sabat, quienes se abstuvieron.
En la Región del Maule, en la comuna de Linares, existe la «Plazoleta Capitán General de la República Augusto Pinochet». El nombre de la plaza ha intentado ser cambiado por organizaciones de DD.HH, sin embargo, el espacio ha mantenido su nombre.
«No hay plazas ni monumentos ni calles, que honren la memoria de Adolf Hitler en Alemania, ni tampoco de Francisco Franco en España, país en el que se ha avanzado bien poco, al menos los símbolos más visibles de la dictadura franquista como las estatuas a Franco fueron retiradas».