Un feriado «premium» para Fiestas Patrias. Esa es la propuesta que esta semana impulsará en el Congreso el diputado RN Jorge Durán, en pos de que, además del 17, 18 y 19 de septiembre, el jueves 20 y viernes 21 también lo sean. De resultar sería inédito, ya que nunca se ha dado que los cinco días hábiles de una semana sean feriados en Chile. Nueve días corridos en total.
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«Esta propuesta la estoy planteado yo solo, pero asumo que se sumaran más diputados cuando la proponga», cuenta Durán. Su razón, explica, es más bien reivindicativa: «Hagamos justicia social. Yo no tengo ningún problema en ir a trabajar al Congreso esos días, pero en la práctica cuando los políticos tienen que coordinar para no ir ese día, se hace. Así pasa con los mismos de siempre», añade.
El parlamentario del Distrito Nº9 explica que presentará la iniciativa formal los primeros días de esta semana y en las próximas comisiones buscará conseguir un trámite corto. De todas formas, anticipa, «de seguro saldrán los mismos de siempre diciendo que durante una semana Chile no va a producir, que es malo para la economía y se le va a echar la culpa a la clase trabajadora. Pero ese mismo jueves y viernes te irás a dar una vuelta a Cachagua o Santo Domingo y estará lleno, porque son los mismos de siempre los que descansan».
¿Tendrá cabida esta idea en el Congreso? Lo cierto es que Chile es uno de los países que más feriados posee por año. Dependiendo del año fluctúa su posición, pero jamás sale del top 4 mundial que lideran Colombia e India, con 18 feriados cada uno. En 2018, el país contará con 16, sin contar el festivo que se otorgó a tres regiones por la visita del Papa, incluido Santiago.
Este año, además, se da una situación que no se repetía desde 2013: ocho fines de semana largos, dos de los cuales serán «súper» feriados largos, con más de cuatro días de descanso.
«Inviable»
Uno que no está a favor de la iniciativa es el diputado DC Raúl Soto. Como miembro de la comisión de Trabajo en la Cámara, cree que la noticia del «sándwich» parlamentario -en que los diputados ajustaron sus trámites para no tener sesiones de sala el 20 de septiembre- puede influir en a discusión.
«Hemos instalado el debate sobre los privilegios laborales a raíz de la posibilidad de acomodar nuestras jornadas de trabajo con total libertad. Obviamente genera malestar ciudadano (…) Lo importante es que demos una señal clara de autorregulación parlamentaria para terminar con estos privilegios y tener una planificación que esté acorde a la realidad laboral de los chilenos y chilenas», dice.
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Sobre la posibilidad de que el 20 y 21 de septiembre sean feriados, Soto, desde su parecer, lo descarta de plano. «Creo que es inviable desde el punto de vista legislativo. Requeriría que el Ejecutivo le ponga discusión inmediata para que alcance a aprobarse, cosa que adelanto nunca ocurrirá por los efectos negativos para la economía que puede tener 9 días de celebración. Creo que es un exceso», enfatiza.
En Chile, se considera que un día hábil no trabajado cuesta más de 1.000 millones de dólares a la economía. En tanto, con la reciente visita del Papa, varios economistas y agrupaciones gremiales calcularon que el festivo por su llegada tuvo un costo de US$100 millones menos de producción solo en la RM, considerando que era un feriado renunciable. De esos datos, sin embargo, reniega el diputado Soto. «Serían dos días del país trabajando a medias. Pero los chilenos pasamos alrededor de un mes por año sobre el transporte público y nadie hace nada para remediarlo. Doy por seguro que si las personas tienen libre toda la semana, al lunes llegarán todos con más fuerza a producir», cierra Durán.