Los habitantes de la capital venezolana tuvieron un fin de semana angustioso debido a las medidas dramáticas que el presidente Nicolás Maduro anunció para tratar de rescatar a la economía de su debacle, como la de aumentar el salario mínimo en más de 3.000%.
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Los cambios entran en vigor este lunes con la introducción de una nueva divisa que le quita cinco ceros a los billetes y monedas actuales. Maduro dijo que también aumentará los precios de la gasolina para que se equiparen a los precios internacionales, una combinación de medidas que, según sus detractores, sólo empeorará las cosas.
Los líderes de oposición aprovecharon la tensión de los residentes y convocaron a un paro nacional y a manifestarse el martes. Esperan atraer a grandes multitudes a las calles para protestar contra el gobernante partido socialista de Maduro, algo que no han conseguido en más de un año.
Los bancos están cerrados hoy a fin de prepararse para la introducción del «bolívar soberano», la nueva moneda con cinco ceros menos en un intento por resolver uno de los problemas que conlleva la hiperinflación.
El gobierno de Maduro dijo que a finales de septiembre, la gasolina que se vende en el país (a uno de los precios más bajos del mundo) subirá hasta niveles internacionales para combatir el contrabando transfronterizo del combustible.
Los economistas dicen que el paquete de medidas muy probablemente acelerará la inflación en lugar de resolver los principales problemas económicos, como la caída en la producción de crudo a niveles no vistos desde 1947.