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Cambio del pañuelo verde al naranja: Tras rechazo al aborto en Argentina crece la renuncia a la Iglesia católica

El mensaje que mandan al Estado es claro: la Iglesia tiene que quedar fuera de las decisiones políticas y sociales, y el Gobierno no puede legislar en función de las presiones que recibe de su parte.

 

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Mientras en Chile y a un año de la validación por el Tribunal constitucional de la ley que autoriza el aborto terapeútico , un  grupo de diputadas presentaron un proyecto de ley que busca despenalizar el aborto más allá de las 3 causales, con el que se podría abortar hasta las 14 semanas de gestación, una iniciativa  elaborada por la Corporación Humanas y discutida anteriormente en la Mesa de Acción por el Aborto.

En Argentina por su parte, y  ante el resultado del debate sobre la ley del aborto,  la presión de la Iglesia católica no pasó desapercibida. El papa Francisco calificó la interrupción voluntaria del embarazo de «homicidio de niños» y la comparó con el Holocausto, y se supo que sacerdotes habían amenazado con excomulgar a los senadores que votarían a favor del texto.

“Quiten sus rosarios de nuestros ovarios” fue una consigna repetida en pancartas y declaraciones durante los últimos meses, en los que el debate legislativo por la legalización del aborto puso en el centro de la escena la influencia del poder de la iglesia en Argentina: presiones a diputados, adoctrinamiento en colegios religiosos y declaraciones de sus referentes en contra de los derechos de la mujer fueron algunos de los puntos que llevaron a cuestionar la posición de poder que aún mantiene la iglesia católica en el país.

Valiéndose del antecedente del pañuelo verde de la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal seguro y gratuito, ya recorre las redes sociales un pañuelo naranja que se suma para visibilizar, difundir y viralizar la consigna “separación de la iglesia del Estado, asuntos separados». En menos de dos días, el grupo ya contaba con más 25 mil participantes, y, tres días después, llegaron a un acuerdo y nació el primer pañuelo que simbolizará la lucha a nivel nacional.

«Queremos un Estado donde el ámbito público y privado vayan por separado y haya una real libertad de conciencia. Todas las religiones deben ser respetadas, pero no deben intervenir en las decisiones de un gobierno, ni imponerse en ningún ámbito», escribieron los impulsores de la iniciativa en su página de Facebook.

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La Campaña Federal también reclama que se deroguen las leyes y los decretos que obligan al Estado argentino a financiar a la Iglesia Católica, algunos de los cuáles datan de la última dictadura cívico-militar.

Apostasía colectiva

La Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL) protagonizó este sábado el impulso de una «apostasía colectiva» en Buenos Aires.

El 8 de agosto hubo apostasías colectivas en toda Argentina y 2.500 personas apostataron, según indica el diario argentino Clarín. El pasado sábado tuvo lugar una segunda jornada de apostasía colectiva. Desde las 14, en la Capital y otros puntos del país, fueron convocados quienes están bautizados bajo la fe católica a presentar sus cartas de apostasía, que serán entregadas el viernes 24 a la Conferencia Episcopal Argentina. 

Fernando Lozada, de la la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL), explica en entrevista con el rotativo que el 61% de las consultas para apostatar son de mujeres, la mayoría de entre 25 y 34 años: «Es una generación que ya nació en democracia, que se crió con leyes como el matrimonio igualitario, de identidad de género. Y la Iglesia es todo lo contrario a la ampliación de derechos, se vio ahora en el debate sobre la legalización del aborto».

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