Dos meses han transcurridos desde que un incendio afecto las instalaciones del Liceo Amunátegui en la comuna de Santiago. El fuego, que se originó durante una toma estudiantil, destruyó la sala de profesores y provocó que los alumnos del emblemático, cerca de setecientos, estén compartiendo las instalaciones del liceo Gabriel González Videla.
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La crisis, desnudada por las llamas, está lejos de revertirse. Apoderados y miembros del consejo municipal acusan que en dos meses no se ha efectuado ninguna reparación en el liceo, por lo que la promesa de volver al Amunátegui el primer semestre del 2019 es casi imposible. Además, denuncian que el inmueble se ha convertido en un edificio fantasma, en el corto tiempo que lleva sin funcionar, ya han entrado a robar en cuatro ocasiones.
La concejala por Santiago Irací Hassler asegura que en este tiempo «no se ha invertido ningún peso en el Amunátegui, estamos viendo que hay una intencionalidad de generar las condiciones para el cierre del establecimiento». Por su parte la directora de educación de la municipalidad Yoris Rojas, se defiende y asegura a Publimetro que están de manos atadas para iniciar la reparaciones ya que los fondos necesarios para iniciar la recuperación del espacio depende de fondos que fueron solicitados al Mineduc.
Ahora, los estudiante del Amunátegui deben asistir de 14:00 hasta las 19:30, generando complicaciones a las familias y a las 7 alumnas que son mamás y que tienen problemas con el cuidado de sus hijos.
Denuncias en el Liceo 1
Otro de los conflictos que han agudizado la crisis de la educación municipal en la comuna es el conflicto entre alumnas, apoderados y directivos del Liceo 1. La expulsión de una estudiante que creó un Facebook para denunciar situaciones de acoso en el establecimiento, fue revertida tras la presión de la comunidad. Sin embargo, generó una división por las constantes tomas.
La denuncia llegó ayer hasta la Superintendencia de Educación, donde se reunieron apoderados para dar cuenta de una agresión ocurrida la semana pasada por parte de una apoderada que se oponía a las movilizaciones de las alumnas. Según la concejala se entregaron los antecedentes, en los que se incluye pantallazos de Whatsapp en la que la inspectora del establecimiento convocaba a apoderados a supuestamente amedrentar a la niñas.