Durante la Segunda Guerra Mundial funcionaron varios campos de concentración en distintos países de Europa. Trawniki fue uno de los que operaron en territorio polaco, y donde Jakil Palij trabajó como «voluntario».
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Tras el fin de la guerra, Palij entró a Estados Unidos ocultando su identidad en 1949. Dijo que trabajó como campesino y en una fábrica durante la Segunda Guerra. Tras ocho años viviendo ahí, obtuvo la ciudadanía, pero en 1993 recibió la visita de funcionarios del Departamento de Justicia. Un antiguo compañero de Trawniki lo había delatado. Ahí comenzaron los intentos por deportarlo.
Palij ha explicado que fue forzado a trabajar en el campo de concentración cuando la granja de su familia fue tomada por los nazis. Entonces tenía 18 años, y participó como guardia. El ex funcionario niega haber participado de los crímenes que se cometieron ahí.
Recién en 2013 un juez le retiró la nacionalidad. Acusado de «participar en actos contra civiles judíos», las cortes estadounidenses no podían juzgarlo por crímenes de guerra cometidos fuera de su territorio, pero un limbo legal lo protegió. Como ya no tenía patria, ningún país tenía la obligación de recibirlo.
Polonia, Alemania y Ucrania eran los candidatos para la deportación de Palij, pero durante más de dos décadas se negaron a hacerlo. La ciudad polaca donde nació el ex guardia nazi es ahora territorio ucraniano.
Pero todo cambió después de negociaciones del gobierno estadounidense con Alemania, aunque no se ha indicado qué pasará con Palij ahí. El País informa que los agentes de la policía de inmigración (ICE) arrestaron a Palij el lunes por la noche. Abandonó la residencia en silla de ruedas antes de ser transportado en una ambulancia. No hizo comentarios.
Jakil Palij vivió en una casa cerca del aeropuerto de La Guardia, que compró con su mujer a un judío de origen polaco superviviente del Holocausto. También está pendiente la extradición a petición de las autoridades polacas del ucraniano Michael Karkoc, antiguo comandante de las SS. Tiene 99 años de edad y vive en Minneapolis. El Departamento de Justicia inició procedimientos legales contra 137 sospechosos, de los que la mitad fueron deportados.