Eduardo y Antonio Serrano eran dos hermanos que vivían en un barrio de Barcelona. Tras años viviendo juntos, Antonio murió a los 72 años a principios de marzo. Eduardo se encontró en una situación desesperada. Sin la pensión de su hermano no le alcanzaba para vivir, según informa La Vanguardia.
Sumando las pensiones de ambos, los Serrano recibían 1.300 euros. Pero la mayor parte de ese monto (1.000 euros) correspondía a la asignación de Antonio. Eduardo decidió no comunicar el deceso para poder seguir cobrando ese monto. De vivir con el equivalente a un poco más de $1.000.000, Eduardo habría tenido que vivir con menos de $250.000 de jubilación.
Detención
La policía llegó a la vivienda luego de recibir un aviso de un vecino por un olor extraño. Cuando dieron con la vivienda de los Serrano, Eduardo terminó reconociendo que su hermano estaba muerto en el interior. Les contó que el día de la tragedia su hermano mayor volvió de hacer las compras diciendo que no se sentía bien. Antonio se habría acostado y muerto en su cama, afirma La Vanguardia.
Eduardo sacó cuentas y pensó que si no le contaba a nadie, no notarían la ausencia de su hermano. Así podría seguir recibiendo ambas jubilaciones. Dos de sus vecinas comentaron que el anciano abusaba del alcohol.
Eduardo Serrano fue detenido y acusado de apropiación indebida, usurpación de identidad y omisión del deber de socorro. Se estudia también imputarle el delito de profanación de cadáver, y está a la espera del informe preliminar de la autopsia para presentarse ante el juez del caso.
