Ser homosexual en Medio Oriente puede ser peligroso. En varios países incluso existen leyes que sancionan la homosexualidad y sus prácticas, lo que se traduce en riesgo de muerte. Ese uno de los motivos por los que en distintos países se puede pedir asilo humanitario.
El problema es que quienes piden esa protección, tienen haber sufrido un temor fundado y probado. El medio austriaco Kurier informó que bajo ese argumento, la Oficina Federal de Extranjería y Asilo (BFA) del país europeo le negó el amparo a Firas, un hombre iraquí de 27 años, que ingresó a Austria en 2015 pidiendo refugio por ser homosexual.
La BFA lo interrogó en 2018, y falló en contra de la petición del hombre. «Particularmente sorprendente fue el hecho de que a partir de las preguntas específicas sobre su homosexualidad, sus respuestas mejoran continuamente, con un estereotípico -o al menos exagerado- ‘comportamiento (expresiones faciales, gestos) de alguien sexualmente orientado de manera diferente’. No actuó auténticamente con la autoridad. No es creíble que seas sexualmente diferente (gay)», señala en la decisión.
Firas afirmó a Kurier que ha sido homosexual desde que tenía 16 años, y que lo tuvo que esconder de su familia en Iraq . «El problema para los homosexuales que van a ser asesinados, ya que esta contra la religión y las ideas de la sociedad», agregó el joven. Dice que le teme especialmente a la milicia Jaish Al-Mahdi.
Hace solo unas semanas, la BFA hizo noticia por negarle el asilo a un adolescente afgano por la razón contraria: parecía «muy poco gay». La oficina de Viena escribió en el informe de ese caso, que «la manera de caminar, su actitud y su forma de vestir no dejan entrever que pueda ser homosexual. No tiene nada que temer si regresa a Afganistán».
