Un conflicto que promete varios heridos. Así describen muchos expertos a la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China. Ayer, de hecho, la disputa tuvo la más violenta de sus batallas, ya que, con un minuto de diferencia, ambas potencias dieron pie a nuevos aranceles por unos USD$16.000 millones en productos de su rival.
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El primer golpeado fue Turquía, que vio el desplome de su moneda a causa de la especulación del planeta que está expectante a lo que hagan los dos buques de la economía. ¿A Chile le podría pasar lo mismo?
Pros y contras
«Nunca van a ser buenas noticias que dos potencias entren en guerra comercial», dice el profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Rodrigo Wagner. El economista, si bien advierte que las proyecciones indican que el planeta crecería menos, y Chile es especialmente sensible a esos cambios, ofrece en la balanza un amortiguador natural de nuestro país: el equilibrio entre el dólar y el cobre.
«Por lo general pasa que el precio del cobre se cae en estos escenarios, y eso está pasando ahora, pero también arrastra a que el precio del dólar aumente, y eso nos protege como exportadores», agrega el académico. Otros expertos, como el economista Manuel Rivera de la Universidad Central, explicaron que «un valor del cobre bajo los 3 dólares por libre (ayer estuvo en 2,68) hace que cualquier productor pueda resentirse». Sin embargo, también sostiene que efectos preocupantes recién se sentirían si esa devaluación se mantiene «por un año o más».
¿Dónde hay que poner ojo? Wagner dice que el sector de la construcción del Gigante Asiático es importante.»En la crisis del 2009 los Chinos le dieron un empujón a su sector de la construcción, y cada vez que ellos amplían sus ciudades, requieren más cobre nuestro y materiales para importar», explica el docente.
Imprevistos
El miércoles, la estatal China COFCO anunció la compra de cerdo desde Chile, Europa y otros países alternativos como estrategia para remplezar las importaciones que antes hacían desde Estados Unidos, y que ahora salen un 25% más caras por los impuestos que impuso Pekín. Ese ejemplo, comenta el académico de la Universidad de Chile, forma parte de «las cosas raras que puedan ocurrir», y que podrían ser beneficios impensados para nuestro país.
«Podrían haber ciertos sectores particulares que terminen siendo requeridos por uno u otro lado. Por eso es importante que las empresas y emprendedores nuestros estén atentos a los productos que dejarán de comprar entre ellos (EE.UU. y China)», añade el economista.
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«Lo otro que se debe tener en mente es que hay sectores nuestros que compiten directamente con los de China. Estados Unidos era un comprador grande de ellos, y si dejan de comprarle ciertos productos, ellos podrían compensar llevándolos a otros mercados», comenta Wagner. Eso sí, entre pros y contras, el académico sienta la calma: «A pesar de ser un conflicto grande, nosotros deberíamos comportarnos con cierta tranquilidad», cierra.
