El Arzobispado de Puerto Montt hizo públicos tres casos de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes de la arquidiócesis, dos de ellos ya fuera de la iglesia tras haber renunciado, y manifestó su disposición a colaborar con la justicia después de que la Fiscalía de Los Lagos inició las investigaciones.
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El primer caso involucra al presbítero Francisco Núñez Calisto, quien el 16 de julio pasado fue notificado personalmente por parte del administrador apostólico de la arquidiócesis, Ricardo Morales, sobre la restricción en el ejercicio público de su ministerio sacerdotal y otras medidas cautelares.
En este caso, según informó el arzobispado, la investigación previa había sido iniciada en septiembre de 2016 y que a fines de julio pasado, el sacerdote Núñez Calisto presentó una carta dirigida al papa Francisco en que solicita dejar el ministerio.
Además, entregó otra carta en la que formula sus descargos respecto del proceso iniciado en su contra. “Ambos documentos han sido puestos en conocimiento de la Santa Sede para su resolución de este caso, procurando la búsqueda de la verdad, la justicia y el derecho a la debida defensa”, indicó el arzobispado.
Al mismo tiempo, el Arzobispado de Puerto Montt aseguró que hará entrega a la fiscalía de los antecedentes necesarios para ayudar a la investigación que de oficio inició el Ministerio Público en contra de este sacerdote.
El segundo caso corresponde al presbítero Víctor Guerrero Díaz, quien en 20004 fue declarado culpable de abuso sexual a una menor de edad, y se le suspendió temporalmente del ejercicio del ministerio sacerdotal. En 2006 fue restablecido en el servicio, hasta que en 2012 él mismo solicitó dejar el sacerdocio.
Asimismo, en junio pasado, a petición de la víctima de este delito y su familia, el administrador apostólico de la arquidiócesis entregó los antecedentes de la denuncia a la justicia.
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Finalmente, el tercer caso implica al diácono Armando Zamora, quien en junio pasado fue denunciado a través de medios de prensa por presuntos abusos sexuales que habrían sido cometidos en 1987, cuando se desempeñaba como rector del Seminario Menor San Fidel de San José de la Mariquina, en Valdivia.
“Pese a que actualmente no reside en la arquidiócesis y no cuenta con encargos asociados al ministerio diaconal, se ha decretado el inicio de una investigación previa para determinar la verosimilitud de los hechos denunciados”, indicó el arzobispado.
También informó que el administrador apostólico hará llegar a la Fiscalía de Valdivia, donde se habrían cometido los ilícitos, los antecedentes con los que cuenta la Arquidiócesis de Puerto Montt, con el objetivo de colaborar con investigación que lleve adelante el persecutor penal.
El Arzobispado de Puerto Montt reiteró el compromiso asumido por la Conferencia Episcopal de Chile en cuanto a su “total disponibilidad para encontrarnos personalmente con víctimas de abusos cometidos por clérigos de nuestras jurisdicciones que estén dispuestas a hacerlo, para acogerles, escucharles y ponernos, junto a nuestros equipos de acogida, a su disposición para todo cuanto ayude a sanar las heridas…Considerando que el reconocimiento, la verdad y la justicia son siempre los primeros pasos hacia la reparación” .