Las personas que no quieren caer en excesos cuando salen a comer fuera recurren a varias estrategias: pueden leer el menú del establecimiento de antemano, o evitar frecuentar ese café cuya tarta de queso es, francamente, demasiada tentación. Pero, a la hora de escoger el restaurante, hay un factor que probablemente no toman en cuenta: la iluminación.
PUBLICIDAD
Una nueva investigación realizada en la Kellogg School of Management indica que deberían tenerla en cuenta. Según el estudio, la iluminación puede incidir en las probabilidades de que tomemos decisiones prácticas en lugar de placenteras. Y el mecanismo en acción no es que una fuerte luz nos permita ver mejor la ensalada y el helado y elijamos la opción más saludable para no sentir vergüenza.
La oscuridad, un espacio para conectarnos con nosotros mismos
Es más bien que en la oscuridad nos sentimos menos conectados con los demás. Así que damos menos importancia a lo que piensa la gente y más a lo que verdaderamente deseamos.»La luz ambiental es una experiencia sumamente importante que es fácil de manipular», dice Ping Dong, profesor titular interino de Mercadotecnia en la Kellogg.
«Esto muestra una nueva consecuencia psicológica de la oscuridad: hace que los consumidores elijan más a menudo la opción que proporciona el placer inmediato”, añade.
Los hallazgos también ponen de manifiesto de manera más general la capacidad de la luz para modificar nuestro comportamiento, fenómeno que se está investigando en múltiples disciplinas.
Por ejemplo, el estudio señala que la luz nos afectaría en tomas de desiciones tan variadas como: elegir un determinado color de alfombras, hasta contratar para un cargo a una u otra persona.
¿Sabemos los chilenos sobre esto?
Llevando esta realidad a nuestro país, Sergio Cruzat, Business Manager de Signify Chile, señaló a Publimetro que «el consumidor chileno está aprendiendo y tomando más en cuenta la relevancia e importancia no solamente en cuanto a escoger una buena iluminación, si no también, de optar por iluminación de calidad, con un consumo energético eficiente y estéticamente más atractivo».
PUBLICIDAD
«Además, es cada vez más frecuente que las personas prefieran elementos, productos y servicios con conectividad que permitan facilitar sus vidas y personalizar la iluminación», agregó.
En esa línea, el especialista explicó que un claro ejemplo de esto es Hue, haciendo posible que la iluminación sea un elemento que te permita influir sobre la seguridad, tranquilidad y calidad de vida de las personas. Recordemos que Hue es un sistema de iluminación inteligente de Phillips.
A través de una completa aplicación, estas ampolletas inteligentes permiten configurar iluminación para distintas situaciones como: concentración, lectura, relajación, entre otras.
Entrando a este análisis, nos surgió una duda. ¿Es más recomendable la luz fría o la luz cálida? «No es que la luz fría (blanca) sea mejor que la cálida», señala Cruzat.
Hay que saber elegir la ubicación de determinada luz
«Lo que hay son recomendaciones dependiendo de dónde se utilizará, dependiendo de si es una zona de mayor o menor actividad. De esta manera, un sector con un ambiente más relajado, como el dormitorio, living o comedor, se recomienda utilizar luz cálida. Y por otro lado, en lugares de mayor actividad, como la cocina y el baño, se recomienda utilizar la luz fría», añade el representante de Signify.
¿Afecta la iluminación a nuestra salud? Según el estudio norteamericano, la luz blanca ayuda a las personas con estados psicológicos depresivos a mejorar su salud. Para Cruzar es un hecho. «Estamos seguros, y está comprobado, que la iluminación impacta de manera directa en la calidad y la salud de las persona», señala. «A nivel de las personas, la iluminación permite crear diferentes atmósferas que influyen directamente en los estados de ánimo de ellas. No afecta a todos por igual y dependerá de la percepción y gusto de cada uno», concluye el especialista.
«La luz es tan omnipresente», dice también Dorothy Sit, profesora titular interina de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina Feinberg de la Northwestern University, quien ha estudiado el uso de la luz para tratar la depresión. «Todavía hay mucha investigación que hacer para entender cómo utilizar la luz para optimizar el bienestar de las personas en el trabajo y el hogar”, apunta.