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Otra polémica con el museo de la memoria, pero de dictadores, en España: El gobierno renuncia a resignificar el Valle de los Caídos

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, renuncia a convertir el Valle de los Caídos en un museo de la memoria colectiva.

 

Después de visitar el Museo de la memoria y los derechos humanos en Santiago de Chile, una experiencia que calificó de “impresionante”, Pedro Sánchez, presidente del gobierno español,  explicó a los periodistas que le siguen en su gira por Latinoamérica que la creación de un centro similar en España debería abordarse en el marco del debate parlamentario que se suscitará durante la convalidación del decreto ley por el que se exhumarán los restos de Franco. 

En la alocución a los periodistas justificó  también la decisión de su administración de exhumar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, porque «ninguna democracia puede rendir tributo al dictador».

«Ninguna democracia puede rendir tributo al dictador, en consecuencia esa decisión (de trasladar sus restos) es una decisión que dignifica nuestra democracia», explicó Sánchez en rueda de prensa en la ciudad boliviana de Santa Cruz (este).

Sánchez, cuyo partido es minoritario en el parlamento, consideró que «el Valle de los Caídos no puede ser un lugar que se deba resignificar, no puede ser un lugar de reconciliación».

El enorme complejo del Valle de los Caídos es el monumento público más famoso del régimen de Franco. El dictador lo mandó construir en homenaje a los muertos de la guerra civil, en la que derrocó al gobierno democrático español en lo que llamó su “cruzada gloriosa”.

El Valle de los Caídos incluye un mausoleo y una basílica en estilo neoclásico. Es un lugar de peregrinación para los nostálgicos de la dictadura. Su cruz de 150 metros de altura se ve desde muchos kilómetros de distancia.

Franco, que murió en 1975, está enterrado en la nave central de la basílica bajo una lápida de 1,5 toneladas.

Unas 34.000 personas de ambos bandos están enterradas allí. La mayoría no han sido identificadas.

Ese camposanto «tiene que ser un lugar de reposo y, en consecuencia, un cementerio civil para los restos de las víctimas de la contienda de la guerra civil y el franquismo, que están ahí enterrados», opinó.

La familia de Franco se niega a que los restos del dictador sean trasladados del Valle de los Caídos, donde yacen desde 1975.

Franco lideró un levantamiento derechista que encendió la sangrienta guerra civil de 1936-1939. Murió en 1975 después de cuatro décadas de gobierno autoritario.

Sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos será un acontecimiento trascendental en España, que todavía tiene cicatrices sociales y políticas de la guerra civil.

Sánchez se refirió además a su propuesta a principios de año de modificar la ley de memoria histórica vigente en su país para «poner en marcha una comisión de la verdad» que sea «lo más plural posible».

En ella deben coexistir «todas las perspectivas históricas sobre la guerra civil y la dictadura y a partir de ahí que de una vez por todas se cierren las heridas que desgraciadamente todavía se siguen sufriendo en nuestro país», señaló.

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