Helado de leche, salsa de piña natural y un toque especial de granadina son los ingredientes de un nuevo postre helado que ingresará a las mesas de los chilenos durante este periodo dieciochero. Se trata de una creación que llega para quedarse hasta diciembre en el menú tradicional de comida rápida que ofrece McDonald’s y que, seguramente, deleitará a muchos paladares exigentes.
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Esta combinación demuestra la importancia que tiene para la industria alimenticia la capacidad de innovar con sabores e ingredientes locales, entregando a los consumidores un producto arraigado en las tradiciones y la cultura de cada país.
«Como empresa multinacional tenemos estándares en lo que respecta a la calidad y sabor de nuestra oferta. Sin embargo, también tenemos la oportunidad de ampliar nuestro menú con alternativas que entreguen un sabor local”, destaca Fernanda Raffa, gerente de Marketing de McDonald’s Chile, agregando que “hemos comprobado que chilenizar algunos productos tiene una muy buena recepción por parte de los clientes”.
Este postre no contiene alcohol y su precisa combinación de ingredientes permite obtener un sabor muy similar al original. Sin dudas es una excelente alternativa para quienes quieren disfrutar de una hamburguesa y luego acompañarlo por un postre que responde a la principal fiesta nacional. La ejecutiva extiende la invitación para que toda la familia disfrute del nuevo “Chilean Flavour Sundae Terremoto” -su nombre formal- en cualquiera de los 81 restaurantes McDonald`s a lo largo de Chile o en sus centros de postre.
LA FIESTA LARGA DEL «18»
El conocido “terremoto” es una bebida popuar ya clásica en las celebraciones dieciocheras, compuesto de manera sencilla: pipeño, helado de piña y granadina. Pese a que muchos lo beben, su origen no es tan conocido.
Actualmente hay dos versiones que nos refieren al origen de este refresco. Una señala que fue inventado por Guillermo Valenzuela, dueño del restaurant “El Hoyo”, quien quiso continuar con el legado de sus abuelos, los fundadores del establecimiento, creando un trago que pasara a la historia. Primero, probó la mezcla de vino tinto con frutilla, luego intentó vino con chirimoya, pero recién en 1978 logró dar con la ahora inconfundible mezcla de pipeño, vino blanco y helado de piña. Fue en 1985, según recuerda su creador, cuando unos reporteros alemanes llegaron a Santiago a cubrir los daños causados por el sismo, quienes se sirvieron el trago y por su efecto inmediato en el cuerpo lo compararon con un terremoto.
El otro posible origen apunta al tradicional bar santiaguino La Piojera, donde habría sido ideado luego del violento sismo del 85. Como sea, el teremoto revive ahora en un postre familiar que diversifica más la oferta de sabores para la fiesta larga del próximo «Dieciocho».