A pocos días del fallo de la Corte de La Haya sobre la obligación de negociar una salida soberana al mar, se conoce el contenido de las conversaciones secretas entre los gobiernos de Piñera y Evo Morales en 2011 para una “solución de medio camino”: un enclave costero y un polo portuario-industrial sin soberanía.
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La tarea del análisis y las reuniones fueron encargada por el canciller de la época Alfredo Moreno y el propio Sebastián Piñera al exministro de Energía, Jorge Bunster, según publica hoy La Tercera.
La primera cita entre ambos enviados se concretó en un hotel en Mendoza, donde el emisario nacional indicó que las reuniones debían mantenerse en hermetismo.
Bunster expresó en el primer informe que “acordamos intercambiar los puntos que podría contener este tratado en los próximos días; sí salieron de manera preliminar algunos de ellos: Puerto y Complejo Industrial; Silala y recursos hídricos; venta de gas a Chile (levantar el veto); Inversiones, terreno en Arica; resolver el tema de la Constitución; administración del ferrocarril Arica-La Paz; perfeccionamiento del libre tránsito tanto para personas como mercancías”.
El segundo punto del acuerdo era la entrega en concesión por parte de Chile de un complejo portuario. Aunque su ubicación no estaba clara (se mencionan Pisagua, Patache o Patillo) se le hizo ver que la bahía de Mejillones podría ser la mejor alternativa.
Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto, ya que al parecer la parte boliviana se percató que Chile no estaba dispuesto a tranzar soberanía y que lo ofrecido correspondía sólo a una solución intermedia. A juicio del enviado boliviano, al no considerarse la entrega de terrenos con autonomía, la oferta del gobierno de Piñera debía sumar mayores elementos.
De hecho, Bunster y San Miguel se reunieron otras tres veces en Arica, Calama y Santa Cruz, llegando los encuentros a su fin al no encontrar un acuerdo.
“Parece claro que los vientos internos en Bolivia van en la dirección de construir la demanda marítima. Muchos pueden constatar que ese camino es un gran error, pero ninguno se atreve a pagar el precio de oponerse”, escribió Bunster, según lo informado por el matutino.