Críticas y aplausos generó la revelación de un plan comunicacional que Carabineros planea poner en marcha en octubre: tomarse un café con un uniformado. Según se supo, se están afinando detalles para disponer de oficiales por dos horas al día en 120 locales de Starbucks a lo largo del país.
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Todo parte como una estrategia para acercar los uniformados a la gente, tras los casos de fraude al Fisco y los problemas por los presuntos montajes en la Operación Huracán.
Críticas
Sin embargo, para el director de la Escuela de Publicidad de la UDP, Cristián Leporati, los riesgos podrían ser mucho más que los beneficios.
«Aunque tenga un origen positivo, cuando estos planes comienzan a generar ruido terminan abriendo el debate. Allí se discuten puntos a favor y en contra, por lo que era un buen proyecto en un inicio, podría convertirse en una pésima idea», indicó a Publimetro.
Agrega que entre los principales flancos que podrían abrirse tras este plan se encuentra «algo tan doméstico como ¿de dónde sale la plata para pagar el café? ¿Cómo se hizo la alianza con una empresa privada sin una licitación pública de por medio? Se presta para este tipo de dudas y lecturas que podrían arruinar lo que en principio era una buena iniciativa», sostuvo.
Es más, incluso la disposición de los locales podría transformarse en el blanco de las críticas, considerando que la mayoría de los locales en Santiago se encuentran en el sector oriente de Santiago.
Historia
Cabe mencionar que el plan nace luego de la experiencia norteamericana «Coffee with a cop». Este consiste en la disposición de algunos oficiales de la policía uniformada de Estados Unidos para que puedan escuchar críticas, preguntas y sugerencias en el contexto de una conversación en diferentes cafeterías de distintos estados del país.
El plan ha sido replicado incluso en otros países como Australia, Canadá y, si no hay cambio de planes, también en Chile.
