La medicina en los últimos años ha dado pasos agigantados respecto al desarrollo de nuevos tratamientos. De esto dieron cuenta los expertos en Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) que se reunieron en el 3er Congreso Iberoamericano sobre esta enfermedad (Ibamcll 2018) realizado en Buenos Aires, Argentina.
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La LLC es una enfermedad de lenta evolución que afecta dos veces más a los varones que a las mujeres. La edad promedio de quienes la padecen ronda los 68 años y el 85% tiene más de 50 años. Esta enfermedad representa al 30% de todos los tipos de leucemia, lo que la convierte en la más frecuente en adultos.
Respuestas profundas en un tercio de los pacientes
Pero hay buenas noticias. En los últimos 5 años se desarrollaron más y mejores tratamientos que incrementan significativamente la sobrevida. Además, estos tratamientos poseen menos toxicidad que las drogas anteriores. Y no es todo: en algunos casos, se ha arrojado evidencia de la posibilidad de cesar e tratamiento en quienes alcanzan respuestas profundas. Así, se abre una puerta hacia el control de esta leucemia, algo impensado hace unos años atrás.
Según el Dr. Raimundo Bezares, director del servicio de hematología y TMO del Hospital Maciel de Montevideo, «respecto a los tratamientos de LLC tenemos que aplicar la regla de los tercios». Ésta, según explicó el especialista, conlleva a que de un grupo de pacientes hay un tercio que no responde tan bien a los tratamientos, un tercio que queda en el medio y el tercer tercio que responde de manera muy exitosa.
Es importante contar con un tratamiento adecuado
Sin embargo, los estudios apuntan a que en los últimos años los avances han cobrado más fuerza que nunca. «Ésta es una de las enfermedades oncohematológicas sobre las que más se ha avanzado en los últimos años», añade el especialista. Sobre la sobrevida de los pacientes, el Dr. Raúl Gabús, médico internista y hematólogo, co-presidente del Ibamcll 2018, señala que «la leucemia linfocítica crónica es una condición muy heterogénea en su forma de presentación».
«Algunos pacientes conviven con ella durante muchos años como enfermedad crónica y sin tratamiento alguno, mientras que otros, si no reciben un tratamiento adecuado, pueden tener una sobrevida más corta de 2 a 3 años», aseguró.
Una luz sin quimioterapia
El Dr. Bezares explica que en este tipo de enfermedades no se suele hablar de «cura», pero que con los avances vistos hasta hoy, ya hay pacientes en los cuales tras un par de años de tratamiento, éste puede cesar. Esto es lo que se conoce como «respuesta profunda».
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«Además, permitiría evitar la quimioterapia, con todo el impacto que esto tendría en la vida de los pacientes», añade el especialista. Saber que ahora se puede disponer de medicamentos que abren una puerta hacia el control de la enfermedad, es un tremendo hito, no solo para los médicos, sino que también para los pacientes. ¿Lo más destacado? Apuntar a una mayor sobrevida, pero a la vez con mejor calidad de vida del paciente.
Testimonio
David Managed es un emprendedor argentino de la empresa textil. Hace poco más de una década se le diagnosticó esta enfermedad. «Decidí jugármelas al todo con el tratamiento, lo que me decía el doctor yo lo investigaba y me comprometí totalmente con el tratamiento, tanto yo como mi familia», relató.
David es uno de los pacientes que pertenecen al tercio que goza de buena salud y los mejores resultados de los tratamientos actuales. Según su experiencia personal, se siente fantástico. «Sólo al inicio de uno u otro tratamiento nuevo presentaba nauseas o dolores de cabeza», añade. Actualmente David no requiere de quimioterapia, solo del consumo de sus medicamentos y controles regulares.
La sobrevida que se le había calculado en un inicio aumento y ha podido vivir perfectamente con la enfermedad sin mayores complicaciones y trabajando en su empresa. «Han sido varios años de tratamiento, pero yo me siento perfectamente. Lo que yo les recomendaría a quienes padecen esta enfermedad es a informarse, saber de que se tratan los tratamientos que hoy existen, y que se comprometan con energía y entusiasmo», añadió el entusiasta paciente del Dr. Bezares.
