En una espectacular andanada, un alto funcionario del gobierno de Donald Trump escribió un artículo de opinión en The New York Times el miércoles en el que afirma que forma parte de un grupo de personas que “trabajan diligentemente desde adentro” para obstruir las “peores inclinaciones” de Trump y las partes mal concebidas de su agenda.
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Trump respondió que se trataba de una “colaboración cobarde” y una “verdadera desgracia”, mientras que la secretaria de prensa de la Casa Blanca pidió la renuncia del funcionario.
Después Trump tuiteó: “¿TRAICIÓN?”, y en una maniobra extraordinaria exigió que si “la COBARDE persona anónima realmente existe, el Times debe, por propósitos de Seguridad Nacional, ¡entregarlo a él/ella al gobierno de inmediato!”
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1037456816601485316
El autor, quien afirma que es parte de la “resistencia” al mandatario pero no de la izquierda, dijo que “muchos funcionarios designados por Trump nos hemos comprometido a hacer lo que esté a nuestro alcance para preservar nuestras instituciones democráticas y al mismo tiempo frustrar los impulsos más erróneos de Trump hasta que deje el cargo”. El periódico describió al autor de la columna como un “funcionario de alto rango en el gobierno de Trump”.
“Puede ser un consuelo escaso en esta era caótica, pero los estadounidenses deberían saber que hay adultos a cargo”, continuó el autor. “Reconocemos plenamente lo que está ocurriendo. Y tratamos de hacer lo correcto incluso cuando Donald Trump no lo hace”.
Durante un evento con jefes de policía en la Casa Blanca, Trump atacó al New York Times por publicar el artículo de opinión.
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“No les cae bien Donald Trump y a mí no me caen bien”, dijo el mandatario sobre el periódico. Las páginas de opinión del diario son administradas de forma independiente al departamento de noticias.
In Opinion
In an anonymous Op-Ed, a senior Trump administration official says he and others are working to frustrate the president’s “misguided impulses.” https://t.co/qW1IoM3AYY pic.twitter.com/rCHnQfcRjG
— The New York Times (@nytimes) September 5, 2018
La publicación de inmediato generó conjeturas en las redes sociales, en redacciones y al interior del Ala Oeste sobre la identidad del autor.
En busca del intruso
Altos funcionarios de gobierno, entre ellos la oficina del vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado Mike Pompeo declararon el jueves que no fueron ellos.
Desde India, Pompeo dijo que la columna «no es mía». Acusó a la prensa de tratar de socavar al gobierno de Trump, hecho que calificó de «increíblemente perturbador».
En un comunicado, la secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders acusó al autor de optar por “engañar” al presidente al permanecer en su administración.
“No está poniendo al país en primer lugar, sino poniéndose a él y su ego por encima de la voluntad del pueblo estadounidense”, dijo. “El cobarde debería hacer lo correcto y renunciar”.
Sanders también exhortó al Times a “ofrecer una disculpa” por publicar el artículo, llamándolo “un editorial patético, temerario y egoísta”.
Funcionarios de la Casa Blanca no respondieron de inmediato a una solicitud para que dieran detalles sobre la exhortación de Trump para que el escritor fuese entregado al gobierno ni sobre la afirmación de que es por cuestiones de seguridad nacional, sobre lo cual no dio argumentos.
Para funcionarios de la residencia presidencial, el ultimátum pareció ser una muestra de las preocupaciones acerca de los impulsos del presidente planteadas por el autor del ensayo. Trump ha exigido que los asesores identifiquen al autor de las filtraciones, según dos personas al tanto del asunto, aunque aún no está claro cómo podrían hacerlo. Las dos hablaron a condición de guardar el anonimato porque carecen de autorización para hacer declaraciones.
En un giro al estilo de la serie “House of Cards” de un gobierno que ya de por sí es muy fuera de lo común, los aliados de Trump y allegados políticos se encuentran en un febril juego de adivinanzas dentro y en los alrededores de la Casa Blanca intentando desenmascarar la identidad del autor.
El texto fue fragmentado en busca de pistas: se identifica al autor como un “funcionario en el gobierno”; ¿significa que es una persona que trabaja afuera de la Casa Blanca? En un tuit, el periódico utilizó el pronombre “él” para referirse al escritor; ¿eso descarta a las mujeres? Las referencias a Rusia y al fallecido senador John McCain, ¿implican que es alguien que trabaja en seguridad nacional? ¿El estilo narrativo es de alguien que trabajó en un centro de investigación?
Posteriormente el periódico dijo que el tuit refiriéndose a “él” había sido “elaborado por alguien que desconoce la identidad del autor, incluido el género, por lo que el uso de ‘él’ fue un error”.
Muy debatido en Twitter fue el uso de las palabras “estrella que nos guía”, que surgen con frecuencia en los discursos del vicepresidente Mike Pence. ¿Podría el personaje anónimo estar dentro del círculo de Pence? Otros consideran que las palabras se incluyeron para despistar a la gente.
Con su distintiva habilidad para llamar la atención, la exfuncionaria federal Omarosa Manigault Newman tuiteó que las pistas de la identidad del autor ya estaban en la página 330 de su reciente libro. La estrella de reality show escribe en esa página: “Muchos en este ejército silencioso están en su partido, su administración e incluso su propia familia”.
El autor anónimo escribió en su columna que aunque Trump ha tenido éxitos, han sido “a pesar del _y no gracias al_ estilo de liderazgo del presidente, el cual es impetuoso, conflictivo, mezquino e ineficaz”.
Las afirmaciones en la columna van muy de la mano con las quejas sobre el comportamiento de Trump que, reiteradamente, han surgido de varios funcionarios de la administración, que con frecuencia han hablado bajo condición de anonimato. Y fueron publicadas un día después de que se difundieran detalles de un revelador nuevo libro escrito por el experimentado periodista Bob Woodward en el que habla de las inquietudes que tienen los asesores de Trump acerca del buen juicio del mandatario.
El autor del artículo de opinión del New York Times dice que los asesores de Trump son conscientes de las fallas del presidente y “muchos de los altos funcionarios trabajan diligentemente desde adentro para frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones. Yo sé que es así. Yo soy uno de ellos”.
También dice que “hubo rumores tempranos dentro del gabinete sobre invocar la Enmienda 25” debido a la “inestabilidad” que se le notaba al presidente. Dicha enmienda permite que el vicepresidente ocupe el lugar del comandante en jefe si éste es “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo”. Para ello se requiere que el vicepresidente y la mayoría del gabinete apoyen la sustitución del presidente.
“Esto no es obra del llamado Estado profundo _o camarilla_. Es la obra de un Estado estable”, agregó el autor.