«No tenemos ninguna responsabilidad, nos han utilizado como chivo expiatorio», así de categórico es Nolberto Díaz, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores del Petróleo y Afines de Chile (Fenatrapech) respecto a la decisión del Gobierno de responsabilizar a Enap de las emanaciones tóxicas en Quintero y Puchuncaví que han dejado al menos a 300 personas intoxicadas durante agosto.
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Las declaraciones se dan a un día que la Superintendencia de Medio Ambiente apuntara sus dardos a Enap por la crisis medioambiental que se vive en la Región de Valparaíso. Esa visión fue reforzada este jueves por la ministra del ramo, Carolina Schmidt, quien además anunció un plan con cinco medidas para atacar el problema de la contaminación.
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Acusan objetivos privatizadores
Tras estas señales, el dirigente se hizo acompañar por unos 40 líderes de la industria y declaró que a nivel nacional los trabajadores se declaran «en estado de alerta», ante lo que les parece una decisión antojadiza e incluso, con un objetivo «oculto».
«Todos los sindicatos de Enap se declaran en estado de alerta y dispuestos a defender la empresa de todos aquellos que pretendan afectar la viabilidad del rol estratégico de esta empresa pública, de aquellos que la acusan en forma infundada, de aquellos que tienen oscuras intenciones de privatizarla, y de quienes han jugado con la salud de Quintero», precisó el dirigente.
Paro nacional
En ese sentido declaró que esta decisión podría incluso afectar las operaciones que tiene la compañía en el extremo sur del país.
«Nos declaramos en estado de alerta por los alcances que puede tener también para la Región de Magallanes el acuerdo bilateral que firmó el Gobierno y que permitiría traer al país gas desde Argentina», señaló Díaz.
Por último, precisó que esta situación podría incluso derivar un paro a nivel nacional.