«En 15 años se triplicó la cobertura de mujeres en crédito y demuestran ser mejor pagadoras y proclives al ahorro, buenas razones para que el sector financiero confíe y sume a las chilenas a financiamiento para sus proyectos». Ese fue el diagnóstico que la ministra de la Mujer, Isabel Plá, realizó al exponer el informe de «Género en el Sistema Financiero 2018», junto a la Superintendencia de Bancos (Sbif).
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En cifras, los datos son llamativos: si para 2002 por cada 100 hombres deudores había 56 mujeres, en 2017 la cifra casi llegó a un empate técnico, escalando a 95 mujeres por cada cien hombres. A eso se suman dos datos ya comprobados: las mujeres ahorran más y se programan para saldar sus deudas. En concreto, el número de cuentas de ahorro de viviendas de mujeres supera en un 60% a sus pares masculinos, además de que son menos morosas sobre los noventa días, les protestan menos cheques y reprograman menos sus deudas.
¿Qué implican estas cifras? «Es síntoma de que hay una evolución en cuanto al acceso financiero que ellas tienen. A eso se suma de que en general la población se está endeudando más. Eso también tiene que haber cambiado en cuanto a la participación laboral de la mujer, que ha mejorado bastante con los últimos años», dice José Luis Ruiz, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.
Por su parte, la economista María José Becerra comenta que «es una señal del mercado, y es ético que se dé porque se ha demostrado que las mujeres son mejores pagadores que los hombres. En muchas ocasiones había castigo al riesgo, pero esto demuestra no hay una diferencia del riesgo en cuanto a los préstamos», señala.
Voz de alerta
«Igual es un escenario complejo: los salarios reales de hombres y mujeres siguen siendo muy bajos en comparación al aumento de productividad. Por tanto, el aumento del consumo sigue recayendo en deuda y crédito. Las personas se endeudan en un millón 400 mil pesos promedio», alerta Becerra.
Si bien los datos dan cuenta de una disminución en la brecha financiera, eso no quita que en el Ranking Global de Brechas de Género (WEF) Chile ocupe el casillero 63º, arrastrado por la triste posición 117º en participación económica entre hombres y mujeres. «Lo que explica eso son las brechas salariales que persisten», explica el académico de la Universidad de Chile. Según el mismo informe, el ingreso medio mensual chileno muestra una brecha del 29%: mientras los hombres ganan unos $637 mil en promedio, la mujeres perciben 450 mil al mes.
Becerra opina que el motivo de que la brecha económica avance a paso de tortuga se debe a que «persiste la lógica del hombre proveedor y la mujer a cargo de los cuidados. Los hechos sociales avanzan más rápido que los hechos económicos. Un estudio de hace tres años demostró que si incorporamos a las mujeres desocupadas al mercado laboral, el PIB aumentaría 7 puntos», cierra la experta.