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“Si no evacuan van a estar por su cuenta”: qué hacen los que se quedan a esperar al huracán Florence

El poderoso ciclón se desplaza por la costa sureste de EEUU, donde amenaza las viviendas de diez millones de personas

Las bandas exteriores de viento y lluvia de un debilitado pero aún mortífero huracán Florence comenzaron a azotar el jueves Carolina del Norte. El monstruoso avanzaba lentamente a lo largo de la costa sureste de Estados Unidos, donde amenaza con empapar las casas de unas diez millones de personas.

En las zonas para las que se emitieron alertas o avisos de huracán hay 5,25 millones de residentes y 4,9 millones de personas más viven en zonas bajo alertas y avisos de tormenta tropical, dijo el Servicio Nacional de Meteorología.

No estaba claro cuántas personas desalojaron la zona, pero los avisos afectaban a más de 1,7 millones en las Carolinas y Virginia. Las aerolíneas cancelaron al menos mil vuelos.

«Si no evacuan van a estar por su cuenta», advierten los gobernadores de las Carolinas. Sin embrago, a pesar de las insistentes advertencias de las autoridades hay quienes prefieren esperar la llegada de Florence en sus casas.

Muchos salieron a comprar maderas para tapear puertas y ventanas, además de bolsas de arena para intentar protegerlas de las inundaciones, y proviciones para aguantar el antes y después de Florence.

Las cadenas de ferretería y materiales de construcción Home Depot y Lowe activaron centros de respuesta de emergencia para llevar generadores, bolsas de basura y agua embotellada a sus tiendas antes y después del paso de la tormenta. Las dos cadenas dijeron que en total enviaron alrededor de 1.100 camiones.

El mayor desafío para los que se quedan, además de sortear los fuertes vientos y lluvias, es resolver las emergencias por cuenta propia ya que el 911 no estará vigente se advirtió que la ayuda no llegará a tiempo.

Duke Energy, la segunda empresa eléctrica más grande del país, dijo que Florence podría dejar sin luz a tres cuartas partes de sus cuatro millones de clientes en las Carolinas, y los apagones podrían durar una semana. Ya se enviaron cuadrillas desde la región centro-norte y Florida para colaborar tras el paso de la tormenta.

Otros decidieron abandonar sus casas, en la zona casi todas de madera, y optar por los refugios de emergencia que provee el Estado, capacitados para soportar la tempestad. Muchas personas sin hogar y enfermos no graves, que no deben permanecer en hospitales, fueron trasladados hacia estos refugios.

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