La princesa Diana pasó a ser un personaje clave de la historia por sus hazañas en defensa de los menos afortunados, por su impecable presencia en la moda y por ser una mujer que enfrentó los obstáculos que la Corona le imponía. Pero para los príncipes William y Harry, Diana era más que la Princesa de Gales, era simplemente su mamá.
Diana era una madre cariñosa a la que le encantaba divertirse con sus hijos y por ellos fue capaz de sacrificar su propia felicidad.
En documental, Diana, Our Mother: Her Life and Legacy, William y Harry hablan por primera vez sobre la princesa Diana como madre, compartiendo los recuerdos más emotivos con ella.
«Era muy informal y realmente disfrutaba de la risa y la diversión. Fue muy traviesa», afirma Harry.
Su matrimonio con el príncipe Carlo fue una verdadera pesadilla pero su relación le brindó a Diana la oportunidad de tener unos hijos amorosos que la ayudaron a salir adelante.
Diana cautivó la atención del pueblo británico, el mundo y la prensa desde el primer instante.Pese a esa mirada triste, el brillo en sus ojos cada vez que hablaba sobre sus hijos era evidente. Sin duda, la princesa transmitió los mejores valores a sus hijos y con ello, dejó al mundo grandes lecciones sobre ser una buena madre.
Empatía ante todo
«Quiero que mis hijos entiendan las emociones de la gente, las inseguridades, las preocupaciones, los anhelos y los sueños de los demás».
Diana siempre vio por su pueblo y no se ponía frente a ellos como alguien superior, sino como un igual. Por ello, entendía sus necesidades y preocupaciones. A través de la empatía, la princesa logró conectar con la sociedad como ningún otro miembro de la realeza. Hoy, sus hijos William y Harry han demostrado tener esa misma cualidad frente al pueblo y ambos continúan ejerciendo labores altruistas y acercándose a la gente como lo hizo su madre.
Dejar a los hijos ser
El primer día de clases de William, Diana confesó sentirse triste por dejarlo ir, pero estaba consciente que se trataba de un nuevo capítulo en su vida y que debía dejarlo. Ella estaba segura que el pequeño podría solo porque estaba preparado para afrontar cualquier cosa. «Es un niño muy independiente», afirmó.
Sobre la depresión post parto
La princesa tuvo muchos episodios de depresión pero sin duda el más difícil fue después de dar a luz. El tema del post parto es un tema del que nadie quiere hablar pero ella lo hizo con toda la sinceridad que la caracterizaba. «Te levantas por la mañana sin ganas de salir de la cama, te sientes incomprendida, con los ánimos por los suelos… La gente te ve como que buscas llamar la atención», expresó la princesa en una entrevista para el programa de la BBC1, Panorama con Martin Bashir. Sin embargo, a pesar de que no tuvo apoyo alguno de la gente cercana, Diana sabía que debía ponerse de pie. «Tenía que continuar con mi deber y con mi papel de madre, esposa y princesa de Gales».
Los abrazos son esenciales
Diana consideraba que los abrazos podían ser «muy beneficiosos, especialmente para los niños». Ella siempre buscaba hacer contacto con sus hijos, no importaba si el protocolo lo prohibía; siempre había un abrazo de por medio. Algo similar a lo que ocurre con William y Kate Middleton cada vez que asisten con sus hijos a un evento público. Lady Di también recurría a los abrazos cuando visitaba enfermos.
Educar a los niños es la clave para cambiar el mundo
«A William y a Harry, por ejemplo, les he llevado a ver proyectos para gente sin hogar, para enfermos de sida —aunque les dije que tenían cáncer— y a todo tipo de sitios en los que seguro que no han estado nunca otros niños de su edad de la familia real».
Proteger a los hijos
«Lucharé por mis hijos lo que haga falta para que puedan sacarle el máximo partido a su potencial como personas y en sus obligaciones públicas».
William y Harry lo eran todo para la princesa y sin importar qué, ellos protegió a capa y espada. Ésta es quizá una de las lecciones más importantes que dejó pues vivir rodeados de reglas y protocolos estrictos no era fácil para ninguno. Ella les demostró que estaría para ellos frente a la adversidad pero sobretodo , les enseñó que la familia siempre es primero. Hoy, William es un padre ejemplar que no deja a sus hijos por detrás y que incluso ha llegado a romper las reglas por su bienestar.
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