El tifón Mangkhut azotó el sur de China y provocó dos muertes el domingo tras arrasar con el norte de Filipinas con fuertes vientos y lluvias que dejaron por lo menos 64 personas fallecidas.
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En Publimetro conversamos Camila Marnich, una profesional chilena que reside junto a su esposo en la ciudad de Guangzhou, capital de la provincia de Guangdong, donde pasó el ciclón durante este domingo.
«Nosotros en Chile estamos acostumbrados a los temblores, a no estar preparados, entonces que te preparen y tener expectativas de que algo malo va a pasar me producía un poco de ansiedad», relata. «Pero igual me da calma que la gente mantenga la calma, como que no es un caos».
Las autoridades chinas mandaron varios comunicados, enviaron mensajes de texto y se pegaron carteles en todos los condominios avisando que este fin de semana llegaría un tifón. Inclusive las aplicaciones del celular recomendaban tener cuidado.
Las autoridades del sur de China emitieron una alerta roja (el máximo nivel) cuando el servicio meteorológico nacional dijo que la región densamente poblada enfrentaría “una dura prueba contra los vientos y la lluvia” y exhortó a los funcionarios a prepararse para posibles desastres.
«Los chinos se preocuparon mucho de que los extranjeros supiéramos que tenemos que mantenernos a salvo, evitar salir y todo porque el viento estaba muy fuerte», relata.
Los estantes de los supermercados quedaron vacíos en Guangzhou, la capital de la provincia, luego de que los residentes se abastecieron en preparación para el tifón, informó la agencia de noticias estatal china Xinhua.
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Sin embargo, Camila nos cuenta que «no había histeria en los supermercados. Ayer fuimos tarde y había más gente de lo normal, pero no había mucha histeria».
«Fuimos a comprar agua embotellada, no porque se vaya a cortar sino porque en general la compramos embasada porque aquí tiene muchos metales pesados, pero fuimos a comprar considerando que lunes o martes no podríamos hacerlo».
La llegada del tifón
El ojo del tifón tocó tierra alrededor de las 17:00 (hora local) del domingo en la ciudad de Taishan, a 136 kilómetros de donde vive Camila, sin embargo, los fuertes vientos de 162 kilómetros por hora se comenzaron a sentir en Guangzhou alrededor de las 6:00 (hora local).
«Me asusté en un momento con el viento, igual estamos en un piso 26, pero a mi igual me chocó eso porque son golpes de viento uno tras otro, con fuerza. A mi eso me dio un poco de miedo», confiesa.
No obstante, asegura que no ha sido tan terrible. «Se ha sentido como una lluvia un poco más fuerte no más, como una tormenta fuerte. Yo estoy en una zona más tropical, entonces igual me ha tocado harta lluvia tropical con mucho trueno, relámpago y todo».
Las intensas lluvias se desataron alrededor de las 14:00 (hora local). «Yo estoy a dos cuadras del Pearl River, el río más importante de acá, y se salió como dos cuadras (…) tiene cortado el paso».
«Me llama mucho la atención que salgan en bicicleta sabiendo que se salió el río, que salgan igual en bicicleta eléctrica o en auto».
Camila explica que se puede salir, pero es bajo el riesgo de cada uno. «Cuando salimos a ver como estaba afuera igual vimos que era peligroso porque habían árboles caídos, habían cables en el suelo y mucha agua».
«Aquí en China una lluvia o un tifón no va a interrumpir la rutina», sentencia la chilena.
