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Estudio mundial sobre el potencial del capital humano: Chile escala al top 50, pero al motor de la economía le sigue faltando educación

Si bien somos líderes en Sudamérica y nuestra fuerza laboral goza de la misma salud que la de las grandes potencias del norte, seguimos lejos en calidad y especialización educativa.

El capital humano, conocido como el motor de las economías, se confirmó como uno de los fuertes de Chile. El Banco Mundial (BM) encargó un inédito sondeo al Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) para medir en 194 países el potencial de su gente para hacer crecer sus mercados. Y Sorpresa: el país se posiciona dentro del top 50, codeándonos con las naciones desarrolladas del hemisferio norte.
El estudio se basa en calcular el potencial de las personas en edad de trabajar, en este caso, entre 20 y 64 años. El ranking, por lo demás, se calcula poniendo en la juguera tres factores: salud de quienes integran la fuerza de trabajo, años dedicados a logros académicos y la calidad de la educación. Entre 1990 y 2016, Chile pasó del puesto 57 al 50, y se ubica como líder en el cono sur, superando a Argentina (66º), Brasil (71º), Uruguay (77º) y Paraguay (96º). En Latinoamérica, por lo demás, solo nos sobrepasa Cuba (41º).

«En términos absolutos, la posición 50 puede no ser tan vistosa, pero si analizamos el resultado respecto a los países de la región, nuestro mercado natural, estamos muy bien posicionados», dice Washington Saavedra, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Central.

Estos indicadores, dice el economista, «tratan de mostrar algo del país, hacen una especie de marca. Es particularmente bueno porque son índices que se consultan para invertir. Las compañías los revisan para entrar hacer negocios a Chile».

La tarea pendiente

Si hablamos de compararnos con los integrantes del top 50, hay dos consideraciones. La salud de nuestros trabajadores tiene poco que envidiarles a los de los países desarrollados. En escala de 0 a 100, Chile consigue 88 puntos. Finlandia, el número 1 de la lista, apenas nos supera en una unidad (89).

No obstante, eso contrasta fuertemente con la calidad y años que le dedicamos a la especialización laboral: mientras la fuerza productiva de los países top dedica entre 15 y 13 años a los logros educativos, nosotros solo destinamos 11, al igual que España, Grecia y Portugal. En cuanto a calidad de educación (learning), países como Singapur (13º) y Japón (14º) llegan a 98 y 94 puntos sobre 100, respectivamente, mientras Chile se queda en 78.

Mauricio Bravo, investigador del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, explica que «el indicador clave es la calidad de educación. Sumar más años de educación sin la calidad son años perdidos. Está demostrado que el desarrollo económico está estrechamente ligado a eso».

El experto señala que es importante, ante el envejecimiento de la población, un país como Alemania que compensa la pérdida de fuerza laboral joven, con personas mayores bien capacitadas. Lo que sí destaca, es que  el estudio revela que»en 40 años Chile tendrá adultos mayores con muy buena salud», lo que es muy positivo.

¿Nos falta estudiar más años? Saavedra relativiza ese dato. «Más importante es la productividad. Probablemente países como Finlandia sacan 4 o 5 años de diferencia por la costumbre de hacer post grados y especializaciones, pero los jóvenes chilenos cada vez siguen más esa tendencia y pronto podremos equipararlos. Lo importante es trabajar en la brecha de la calidad, esa no se equiparará tan fácil si no se trabaja en eso».

 

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