Tras un proceso de más de cinco años en el que se han avivado las tensiones entre Chile y Bolivia, sin relaciones diplomáticas más que a nivel consular desde 1978, este lunes, el fallo que anuncie el presidente del tribunal, el magistrado somalí Abdulqawi Ahmed Yusuf, a partir de las 10 am hora chilena en La Haya, marcará un hito y tendrá sobre todo una lectura política en ambas capitales. Pero haremos un recorrido por los posibles escenarios que se presentarían en Bolivia.
PUBLICIDAD
Para Ramiro Orias, abogado boliviano, «los escenarios probables llevan todos necesariamente a restablecer el diálogo bilateral destinado a enfrentar una negociación sobre el acceso al mar para Bolivia, la diferencia estará marcada por el contenido y alcance de la sentencia de la Corte Penal Internacional (CIJ),con respecto a la cualidad, modalidad y las condiciones que pueda tener esa salida al mar».
«Bolivia acudió a la Haya, frente al dictatum del presidente Piñera-en su anterior administración-, de que no existe en esta materia nada pendiente que negociar con Bolivia. Por ello, para la diplomacia boliviana, cualquier resolución del más alto tribunal internacional que establezca para Chile la obligación de negociar, significa que está más cerca de su objetivo histórico mediante el restablecimiento formal de una negociación entre ambos Estados para solucionar de mutuo acuerdo esta antigua controversia, que ha sido política boliviana de los últimos cien años». , añade Orias.
Si el fallo es favorable a Bolivia
En caso de que el fallo sea favorable a Bolivia, Fernando Mayorga, sociólogo boliviano y doctor en Ciencias Políticas «eso va a tener consecuencias importantes, en términos de reparación histórica, porque se habrá cerrado un largo período de visión derrotista, marcada por las derrotas militares, las pérdidas de territorio… y se realizará una reinterpretación de la historia con mayor certeza, lo que va a fortalecer la identidad nacional».
En esa misma línea, Orias señala que»si hay algo en Bolivia que tiene un alto grado de consenso y continuidad es precisamente su reclamo histórico de reintegración marítima a las costas del Océano Pacífico, una política de Estado de larga data, a la que han contribuído los diversos gobiernos, independientemente de su orientación ideológica, y a la que seguramente los próximos les tocará desarrollar sus fórmulas o propuestas».
-En el plano político, el presidente boliviano ha hecho de la demanda contra Chile por una salida al mar una cruzada de su gobierno, por lo que un fallo favorable podría contribuir a catapultar su popularidad en momentos en que aspira a un polémico cuarto mandato.
Según Mayorga, el fallo no va a tener efectos importantes en el fuero político interno. Señala como factores la variable de la candidatura del ex presidente Carlos de Mesa, principal contendor de Evo Morales, cuya «postulación podría avivar la disputa con respecto al protagonismo en la demanda marítima, puesto que para los sectores urbanos de clase media y alta, Mesa es la figura importante de esta demanda y no Evo». Por otro lado, «la oposición va a minimizar el éxito del presidente Evo Morales, a lo que se une una consigna del ex presidente Jaime Paz Zamora,quien no asistirá a la lectura del fallo en la Corte, con la que intenta politizar el fallo, alegando que «la democracia es más importante que el mar», lema que está siendo usado por la oposición para minimizar la importancia del fallo en caso de que sea favorable a Bolivia», añade.
PUBLICIDAD
En ese sentido, «un fallo favorable o adverso, será recibido como país, y desde esa dimensión y corresponsabilidad, seguramente tendrá una evaluación política sobre los aciertos y resultados de la estrategia empleada», sostiene Orias.
-En el plano de las negociaciones, «el restablecimiento de las negociaciones significará retomar el diálogo bilateral para la construcción de una fórmula, que podría ser retomar y actualizar las bases del Acuerdo de Charaña, que es hasta donde más avanzaron las negociaciones anteriores. Negociación que tendrá que contemplar tres condiciones: a)deberá ser independiente del Tratado de 1904, b) deberá establecer compensaciones de mutua convivencia y c) consultar el acuerdo previo del Perú, según lo establecido en el Tratado de 1929″, considera Orias.
-Desde la perspectiva geopolítica, «siguiendo la construcción de una fórmula de beneficios múltiples, se deberá contemplar la construcción de un espacio de integración económica y desarrollo compartido, por sobre los enfoques geopolíticos de equilibrio de poder, que comprenda el norte de Chile, el sur del Perú, y el altiplano boliviano, que constituyen hoy las zonas más empobrecidas y vulnerables de los tres países. En ese sentido, la respuesta que den nuestros países, deberá buscar un impacto en el desarrollo de estas regiones postergadas por las consecuencias de un conflicto histórico que aún pesa sobre la geografía».
Si el fallo es desfavorable a Bolivia
«En el improbable caso de un fallo desfavorable, ambos países, como buenos vecinos, están destinados a compartir este lugar común del continente, por lo que tienen una agenda histórica, política, fronteriza, social y económica por delante. El fallo marcará un hito en la historia de las relaciones vecinales, pero no será un antes y después en blanco y negro. Las dinámicas de cooperación y conflicto seguirán presentes», afirma Orias.
«Como dice la famosa frase popular: ‘Todo el mundo es dueño de la historia pero nadie es dueño de la derrota’. Obviamente que en caso desfavorable sale dañado en su imagen el presidente Evo Morales y el gobierno, que será acusado por la oposición, crítica a la que se sumará el rechazo por su estrategia de reelección dirigida a su postulación del 2019.
En términos no coyunturales, un fallo desfavorable reforzaría la visión negativa que tiene Bolivia sobre nuestra historia, nuestras capacidades de estrategia exitosa en relación al tema marítimo, y por lo tanto eso reforzaría el pesimismo.
Más allá de los resultados, el fallo de la CIJ no pone fin a los contenciosos entre los dos vecinos. En 2016, Chile presentó una demanda contra Bolivia ante este tribunal por las aguas del Silala, que Santiago considera un río internacional mientras que La Paz alega que es un manantial cuyo curso fue alterado por los chilenos.