Con un fallo contundente, la Corte Internacional de Justicia le cerró la puerta ayer a la aspiración de Bolivia de obligar a Chile a negociar un acceso soberano al mar, tal como ha reclamado desde que perdió su litoral en la guerra del Pacífico hace más de un siglo.
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La confianza y euforia de las autoridades bolivianas en el triunfo en La Haya durante las últimas semanas dio paso ayer a un gran desconcierto y desazón. La decisión de la Corte tan categórica sorprendió a ambos, tanto bolivianos como chilenos.
En las portadas de los medios bolivianos no todos registran la derrota, sino que se centran en la unidad y la «letra chica» sobre la que el presidente Evo Morales reposa su intenciones de seguir adelante con la reivindicación marítima.
«Después de las 10:20 de la mañana, cuando se conoció el veredicto negativo de la CIJ, la expectativa se transformó en frustración, desilusión, rabia e incertidumbre. Algunas personas rompieron en llanto y otras comenzaron a gritar “mar para Bolivia”».
«Los preparativos para la celebración, que se habían armado en diferentes puntos del país, se despejaron de inmediato. Las caras largas de la gente que había concurrido a algunas plazas a escuchar el fallo se fueron alejando para dejar simplemente el vacío».
Así relatan las crónicas de algunos medios sobre cómo se vivió el contundente fallo.
En La Paz, plazas y edificios públicos amanecieron embanderados. Menos de un millar de personas que se habían reunido frente a la casa de gobierno para seguir el fallo en pantalla gigante no podían esconder su frustración.
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Los músicos de una banda militar se retiraron en silencio y una vendedora callejera de banderas se quejó. “No hubo venta”, se lamentó.
La gente se había reunido desde temprano, bailado danzas folclóricas y realizado ofrendas a la Pachamama (Madre tierra).
Pero a medida que avanzaba la lectura se la sentencia las expresiones fueron cambiando y los gritos de “Mar para Bolivia” se fueron apagando. Los asistentes arriaron sus banderas y pancartas y se retiraron en silencio. Buena parte eran funcionarios públicos y dirigentes sindicales afines al gobierno. Similar panorama se vivió en otras ciudades.
«El revés de la Corte de La Haya provoca hondo dolor en Bolivia», «Tristeza y lágrimas en la gente fue lo que dejó el fallo negativo de la CIJ», «La corte ‘entierra’ la obligación de Chile a negociar una salida al mar para Bolivia» son algunos de los titulares que reflejan el estado de ánimo del país altiplánico.